Proposición 10
Modalidad de las Asambleas dominicales en espera del sacerdote
En los países en los que la penuria de sacerdotes y las grandes distancias hacen prácticamente imposible la participación en la Eucaristía dominical, es importante que las comunidades cristianas se reúnan para alabar al Señor y hacer memoria del Día dedicado a É, en comunión con el obispo, con toda la Iglesia particular y con la Iglesia universal. Tiene también mucha importancia precisar la naturaleza del compromiso de los fieles en la participación en estas asambleas dominicales.
Hay que vigilar para la que la liturgia de la Palabra, organizada bajo el seguimiento de un diácono o de un responsable de la comunidad al que la autoridad competente ha confiado este ministerio regularmente, se cumpla según un ritual específico aprobado a este fin. Para no privar a los fieles por mucho tiempo de la Comunión eucarística, los sacerdotes deben esforzarse por visitar frecuentemente a estas comunidades. Corresponde a los ordinarios y a las conferencias episcopales regular la posibilidad de distribuir la Comunión.
Se deberá evitar cualquier confusión entre celebración de la santa misa y la asamblea dominical en espera de sacerdote. Por esto no se deberá dejar de animar a los fieles a que acudan, cuando sea posible, a donde se celebra la santa Misa.
Las conferencias episcopales deben preparar materiales adecuados que expliquen el significado de la celebración de la Palabra de Dios con distribución de la Comunión, y las normas que la regulan.