«Proposiciones» del Sínodo sobre la Eucaristía (1-50)

Proposición 19

La homilía

La mejor catequesis sobre la Eucaristía es la misma Eucaristía bien celebrada. Por esto se pide a los ministros ordenados que consideren la celebración como su principal deber. En especial deben preparar con cuidado la homilía, basándose en un conocimiento adecuado de la Sagrada Escritura.

Que la homilía ponga la Palabra de Dios, proclama en la celebración, en estrecha relación con la celebración sacramental (Cf. «Sacrosanctum Concilium» 52) y con la vida de la comunidad, de modo que la Palabra de Dios sea base y vida de la Iglesia («Dei Verbum» 21) y se transforme en alimento por la oración y la vida cotidiana.

La homilía conformada por las enseñanzas de los Padres de la Iglesia es una verdadera mistagogía, o sea una verdadera iniciación a los misterios celebrados y vividos.

Ha sido además sugerida la posibilidad de recurrir, partiendo del leccionario trienal, a homilías «temáticas» que, a lo largo del año litúrgico, puedan tratar los grandes temas de la fe cristiana: el Credo, el Padre Nuestro, las partes de la Misa, los Diez Mandamientos y otros argumentos.

Estas homilías temáticas corresponderán a lo que ha sido de nuevo autorizadamente propuesto por el Magisterio de la Iglesia en los cuatro «pilares» del Catecismo de la Iglesia Católica y en el reciente Compendio. Con este objetivo, se ha propuesto también elaborar un material pastoral, basado en el leccionario trienal, que ponga en relación la proclamación de las Escrituras con las doctrinas de la fe que brotan de las mismas.

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