«Proposiciones» del Sínodo sobre la Eucaristía (1-50)

 

Proposición 41

Admisión de los fieles no católicos a la Comunión

Basándose en la comunión de todos los cristianos, que el único Bautismo ya mantiene activa, aunque no sea todavía de forma completa, la separación ante el banquete del Señor es experimentada justamente como algo doloroso. Tanto de dentro de la Iglesia católica como por parte de nuestros hermanos y hermanas no católicos, surge en consecuencia muy a menudo la petición urgente de la posibilidad de Comunión eucarística entre los cristianos católicos y los demás. Se debe aclarar que la Eucaristía no significa ni actúa sólo nuestra comunión personal con Jesucristo, sino sobre todo la plena comunión de la Iglesia.

Por esto pedimos que los cristianos no católicos comprendan y respeten el hecho de que para nosotros, según toda la tradición bíblicamente fundada, la Comunión eucarística y la comunión eclesial están estrechamente ligadas, y por tanto la Comunión eucarística con los cristianos no católicos no es generalmente posible. Todavía más hay que excluir una concelebración ecuménica. Igualmente debería aclararse que, mirando a la salvación personal, la admisión de los cristianos no católicos a la Eucaristía, al sacramento de la Penitencia y a la Unción de los enfermos, en determinadas situaciones individuales, bajo precisas condiciones, es posible e incluso se recomienda («Unitatis Redintegratio» 8, 15; Directorio Ecuménico 129-131; Código de Derecho Canónico 844 § 3 e 4; Código de las Iglesias Orientales 671 §4; carta encíclica «Ut Unum Sint» 46; carta enciclica «Ecclesia de Eucharistia» 46).

El Sínodo insiste en que se observen las condiciones expresadas en el Catecismo de la Iglesia Católica (1398-1401) y en su Compendio (293).

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