«Proposiciones» del Sínodo sobre la Eucaristía (1-50)

Proposición 5

Eucaristía e Iglesia

La relación entre la Eucaristía y la Iglesia se entiende en la gran tradición cristiana como constitutiva del ser y del actuar de la misma Iglesia, hasta el punto de que la antigüedad cristiana designaba con las mismas palabras, «Corpus Christi», el cuerpo nacido de la Virgen María, el cuerpo eucarístico y el cuerpo eclesial de Cristo.

Esta unidad del cuerpo se manifiesta en las comunidades cristianas y se renueva en el acto eucarístico que las une y las diferencia en Iglesias particulares, «in quibus et ex quibus una et unica Ecclesia catholica existit» (LG 23). El término «católico» expresa la universalidad proveniente de la unidad que la Eucaristía, celebrada en cada Iglesia, favorece y edifica.

Las Iglesias particulares en la Iglesia universal tienen así, en la Eucaristía, la tarea de hacer visible su propia unidad y su diversidad. Este lazo de amor fraterno transparenta la comunión trinitaria. Los concilios y los sínodos expresan en la historia este aspecto fraterno de la Iglesia. Por esta propia dimensión eclesial, la Eucaristía establece un fuerte lazo de unidad de la Iglesia católica con las Iglesias ortodoxas, que han conservado la genuina e íntegra naturaleza del misterio de la Eucaristía. El carácter eclesial de la Eucaristía podría ser también un punto privilegiado en el diálogo con las comunidades nacidas con la Reforma.

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