Lunes Santo: Jornada Sacerdotal y Misa Crismal

Los presbíteros y diáconos de la Diócesis de Urgell se reunieron el Lunes Santo, 14 de abril, para celebrar la Jornada Sacerdotal y participar en la Misa Crismal, en la que renovaron sus promesas sacerdotales. La jornada fue presidida por el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, y el Obispo Coadjutor, Mons. Josep-Lluís Serrano. El ponente de la Jornada Sacerdotal fue el P. Alejandro Pérez Verdugo, presbítero de la Diócesis de Málaga desde 1993, doctor en sagrada liturgia por el Pontificio Instituto San Anselmo de Roma y canónigo de la Catedral de Málaga, quien habló sobre la “Espiritualidad litúrgica del sacerdote diocesano secular”.

La Jornada Sacerdotal comenzó a las 10:30 de la mañana, con la acogida de los sacerdotes, diáconos y seminaristas asistentes en el Seminario Diocesano. En la sala de conferencias del Seminario Diocesano de Urgell, el acto fue iniciado por Mons. Joan-Enric, con el saludo y el tradicional resumen de informaciones diocesanas de interés. Se rezó por el sacerdote fallecido el día anterior, Mn. Joan Peretó. Se felicitó a quienes celebraban 50 años de sacerdocio: Mn. Joan Fenosa y Mn. Josep Grau, y a los que celebraban 25 años: Mn. Pepe Chisvert y Mn. Antoni Pich. Mons. Joan-Enric les agradeció su servicio de entrega y acompañamiento a los fieles, tanto el que han realizado como el que continúan realizando. Se ofrecieron diversas informaciones diocesanas.

Finalmente, se recordó la organización de la nueva Jornada Diocesana, que tendrá lugar en La Seu d’Urgell el próximo 14 de junio.

El P. Alejandro Pérez Verdugo, consultor técnico de la Comisión de Liturgia de la Conferencia Episcopal Española, profundizó en la espiritualidad litúrgica del sacerdote diocesano a través de la celebración del Lunes Santo y la Misa Crismal como fuente de la liturgia. La espiritualidad litúrgica es la fuente de la espiritualidad del sacerdote diocesano secular, que se desarrolla a través de la presidencia de la liturgia, la belleza de la Eucaristía presidida «in persona Christi» y la Liturgia de las Horas.

Para el P. Pérez, la Liturgia de las Horas en la vida del presbítero es fundamental, como vocación a la oración, para orar como Cristo y con Cristo, en nombre de la Iglesia y como fuerza unificadora. Para él, la Liturgia de las Horas es una fuente de contemplación para el presbítero, que ayuda a contemplar el rostro de Cristo, se muestra como una transfiguración de la actividad física, y que, rezada por la mañana y por la noche, permite la trascendencia sin anteponer nada al oficio divino. Por otro lado, permite sentir el ritmo adecuado del tiempo, saliendo de la sensación de ser esclavos del tiempo, sabiendo que Dios es el dueño del tiempo y que el sacerdote también lo es, consagrando el mundo a Dios. Consideró la Liturgia de las Horas como “el claustro de mi monasterio”.

Concluyó la conferencia apuntando que la renovación de las promesas es también renovación de la amistad fraterna, porque la misa crismal es la sacramentalidad de la fraternidad sacerdotal.

Al finalizar la conferencia, los sacerdotes se dirigieron a la Catedral de Santa María, donde se celebró la Misa Crismal, presidida por el Arzobispo Joan-Enric, acompañado por Mons. Josep-Lluís Serrano y concelebrada por prácticamente todos los presbíteros y diáconos de la Diócesis de Urgell. Participaron también los diáconos permanentes de la Diócesis, los seminaristas y una nutrida presencia de fieles, consagrados y religiosos, para celebrar el inicio de la Pascua con la Misa Crismal.

Tras la homilía, los presbíteros renovaron sus Promesas Sacerdotales. También se rezó por Mn. Peretó y por los presbíteros diocesanos fallecidos desde la pasada Pascua: Mn. Josep Amiell y Mn. Bonifaci Fortuny. Durante la celebración eucarística se bendijo el Óleo de los Enfermos dentro del corazón de la anáfora, y tras la comunión, el Óleo de los Catecúmenos y, especialmente, se consagró el Santo Crisma, que acompañará la vida sacramental de la Diócesis a lo largo de todo el año, haciéndole revivir la Pascua.

La Jornada Sacerdotal concluyó con un almuerzo fraternal sacerdotal en la Residencia de la Sagrada Familia de Urgell.

 

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