El Museo Catedral de la Seu d’Urgell conserva una colección de tejidos formada por una treintena de fragmentos datados entre los siglos IX y XIV. Gracias a las investigaciones de especialistas, estos tejidos nos revelan costumbres y tradiciones religiosas de la época medieval. De un buen número de estos fragmentos, y con motivo de su restauración, se pudo reconstruir una casulla que se cree perteneció a San Ermengol y que hoy puede contemplarse en el museo.
En la Edad Media, los tejidos y la orfebrería eran los objetos más valiosos de los edificios religiosos, considerados símbolos de prestigio, poder y riqueza. Una gran cantidad y variedad de estos objetos llenaban catedrales, monasterios e iglesias románicas.
Estos tejidos se reutilizaban y adaptaban según las necesidades del momento. Podemos encontrarlos vinculados a objetos sagrados, especialmente relicarios y sus reliquias, o a personajes importantes de la época, como en este caso los obispos San Ermengol y San Odón. Este hecho ha permitido su conservación hasta nuestros días, aunque también ha favorecido su desmembramiento y dispersión, sobre todo durante el siglo XX, cuando surgieron nuevas colecciones textiles y se revalorizó este patrimonio.
Hoy podemos imaginar cómo se compuso la casulla de San Ermengol a base de fragmentos… y, lo más importante… podemos disfrutarla. El resto de la colección de fragmentos, hallados durante las restauraciones realizadas en la catedral en los años sesenta y restaurados por el Museo Textil y de la Indumentaria de Barcelona, contiene algunas piezas de gran interés y es testimonio de la riqueza y variedad de los textiles de aquella época. Esta colección forma parte del fondo del museo.
En 1976 ingresaron en el fondo del Museo Catedral de la Seu d’Urgell, conformando una colección que combina tejidos de gran calidad, con orígenes lejanos, junto a otros más sencillos de producción local. Gracias a los estudios realizados sobre los diferentes tipos de tejidos procedentes de la catedral de Santa María, se puede conocer su origen, la técnica con la que fueron elaborados y su función. Los colorantes, los materiales y las técnicas utilizadas, e incluso el tipo de decoración, pueden aportar pistas para establecer su lugar de producción, ya sea local, de la Península, de Al-Ándalus, del Lejano Oriente o de Asia Central.
Como curiosidad, en 1989 cinco de estos tejidos participaron en la exposición “Millennium. Historia y arte de la Iglesia catalana”, que tuvo lugar en Barcelona, y en 2008 dos de ellos se exhibieron en la muestra “El románico y el Mediterráneo. Cataluña. Toulouse. Pisa”.