Con el fin de llevar a cabo la tarea pastoral que ha sido confiada a la Iglesia de anunciar el evangelio, de celebrar la salvación y de conducir en la caridad al pueblo de Dios, en todos los obispados se constituyen organismos a los cuales el Obispo Diocesano confía una tarea especial, teniendo en cuenta la realidad de la diócesis y la situación concreta. Le corresponde a cada obispo diseñar con casi total libertad estos organismos pastorales, dentro de lo que se denomina la Curia; nombre que hace referencia al cuidado o atención pastoral. De acuerdo con el canon 469, «la curia diocesana consta de aquellos organismos y personas que ayudan al Obispo en el gobierno de toda la diócesis, sobretodo en la dirección de la actividad pastoral, en la administración diocesana y en el ejercicio de la potestad judicial«.