El Obispo Coadjutor, Mons. Josep Lluís Serrano, participó en una mesa redonda en el Comú de Escaldes-Engordany, en el marco de la Campaña de Manos Unidas, invitado por la junta de esta ONG en Andorra, el lunes 17 de febrero, por la noche.
El salón de actos del Comú de Escaldes-Engordany se llenó y asistieron un buen número de autoridades: el Ministro de Educación y Relaciones Institucionales, M. I. Sr. Ladislau Baró, los Cónsules de Canillo y de La Massana, el Embajador de Francia, Excmo. Sr .Jean-Claude Tribolet, el Embajador de Andorra en la Santa Sede Excmo. Sr. Carles Álvarez, la miembro del Consejo Superior de la Justicia, M.I. Sra. Olga Adellach, el Rector de la Universidad de Andorra, Mgfc. Juli Minoves. También asistieron los rectores de los Valles y representantes de diversas entidades eclesiales, especialmente de la Congregación de la Sagrada Familia de Urgell, y de los responsables y voluntarios de Manos Unidas en Andorra.
El Arcipreste de los Valles, Mn. Ramon Sàrries y el Presidente de Manos Unidas, Sr. Jordi Casal, hicieron la presentación de la velada y del ponente respectivamente, y se agradeció la labor realizada por la anterior presidenta, Sra. Meritxell Farrero, que ha dejado su cargo recientemente. Después de una oración inicial por la salud del Santo Padre Francisco, que realizó con la oración del Jubileo, “Peregrinos de Esperanza”, Mons. Serrano hizo hincapié en la belleza y la utilidad del hecho de compartir, como un elemento que hermana a las personas y las comunidades y, yendo más allá del aspecto de la riqueza económica, apuntó cómo la sensibilización nos invita a compartir la vida, la experiencia y los bienes, para ir a la conversión, abriendo un proceso que ayude al compromiso y que finalmente lleve a la esperanza, cuando hacemos que cada proyecto compartido sea una parte de un gran proyecto común. Hizo referencia a la historia de Manos Unidas y sus raíces en la respuesta de las mujeres de Acción Católica frente al hambre manifestada en el mundo, en la década de los años 50 del siglo XX. Y finalmente trató la justicia social no sólo como un elemento que nos ayuda a obtener felicidad o el respeto de los derechos, sino entendiendo a la justicia como la capacidad de cultivar los bienes comunes.
Para Mons. Serrano, una manera de poner en marcha este gesto de compartir es conocer al otro y profundizar en sus necesidades: de este modo, explicó los rasgos más importantes de los países que había conocido en África (Mozambique) y en América Latina (Nicaragua) y lo contextualizó con algunas anécdotas personales, señalando que justamente hay que poner en valor la labor que Manos Unidas realiza en los países del Tercer Mundo, saliendo de la cultura del “descarte” para situar a las personas en el centro de la economía, donde las mujeres ponen una gran sensibilidad y fortaleza.
Una ronda de preguntas del público concluyó el acto.