La comunidad de residentes y trabajadores de la residencia San José de La Seu d’Urgell y la Comunidad de las Religiosas Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebraron con gran alegría y acción de gracias los 125 años de la Casa de la Congregación en La Seu d’Urgell y el 25º aniversario de la profesión religiosa de la Hna. Ana Rocío, miembro de la comunidad de La Seu d’Urgell. Fue el día 30 de abril, memoria litúrgica de San Jorge en Cataluña, durante la Eucaristía pascual que presidió el Arzobispo de Urgell, Joan-Enric, y concelebró Mons. Josep-Lluís Serrano, obispo coadjutor, junto con el capellán de la residencia, Mn. Ignasi Navarri, vicario general, y otros sacerdotes. Estuvieron presentes la Rvda. Madre Provincial, M. Alicia Moya, así como la Hna. M. Luisa, superiora de la comunidad de La Seu d’Urgell, y un gran número de otras religiosas llegadas de los distintos lugares donde la Congregación está presente.
Después de la homilía, la Hna. Ana Rocío renovó su entrega a Dios y a la Iglesia, con los votos de pobreza, castidad y obediencia, dentro del carisma de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, fundada por Santa Teresa de Jesús Jornet. Firmó el acta de renovación y la colocó sobre el altar. Después, la Madre Provincial le colocó una corona de flores en la cabeza.
En su homilía, el Arzobispo destacó que, dentro del gozo pascual, ese día se añadía una alegría particular porque una hija de la Iglesia, Sor Ana Rocío, se había entregado con total fidelidad a Cristo Resucitado, para manifestar la vida del Espíritu, especialmente en el servicio a los ancianos y a las personas necesitadas. Las lecturas destacaban el aspecto de combate de toda vida cristiana, pues es necesario luchar contra el diablo, las tentaciones y todo aquello que nos aparta del seguimiento fiel a Cristo. Mons. Vives agradeció el servicio que durante 125 años ha llevado a cabo la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados en la ciudad de La Seu d’Urgell y tuvo un recuerdo especial para los benefactores que hicieron posible el establecimiento de la casa: el Iltre. Dr. Ramon Martí i Traserra y el Iltre. Dr. Joan Peyró i Caixal, así como para todos los que hacen posible la presencia de la “casa” del Hogar San José: los residentes, las familias, los trabajadores, el personal sanitario, los voluntarios y los benefactores.
Una jornada festiva para todos los residentes y trabajadores, y especialmente para la Congregación.