Visita y celebración navideña en el Centro Penitenciario de Andorra

Como ya es tradición en estos fiestas de Navidad, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, visitó el Centro Penitenciario de «La Comella» del Principado de Andorra la tarde del día 19 de diciembre y celebró la Navidad. Tuvo una breve reunión con el Director y Subdirector del Centro Sres. Francesc Tarroch y Ismael Hernando y luego presidió la Eucaristía y al final saludó personalmente cada uno de los internos.

Concelebraron la misa el Arcipreste de los Valles de Andorra y Delegado diocesano de pastoral penitenciaria, Mn. Ramon Sàrries, y el Secretario General, Mn. David Codina. Y profesores y alumnos del las Escuelas Madre Janer y San Ermengol animaron los cantos con música.

En el encuentro con el Director y Subdirector, el Arzobispo fue informado de la situación actual de los presos internos, los funcionarios y el Centro Penitenciario. Este cuenta en este momento con 43 reclusos internos y 6 pernoctas, de entre 67 y 19 años y no hay ningún menor de edad. La mayoría de los internos son hombres (20 preventivos y 18 penados) y sólo hay 3 mujeres, sólo una de ellas penada. El Director del centro explicó las diversas actividades que se ofrecen a los internos para favorecer su formación y su reinserción en el mundo laboral y su socialización, destacando que hay 8 personas que estudian en diferentes grados de bachillerato y universitario a través de convenios con centros y con voluntarios, y para garantizar el respeto y la dignidad de todas las personas que tienen privada su libertad. Informaron que la Comisión de Prevención de Torturas calificó muy positivamente la situación de La Comella, en su reciente visita al centro.

A continuación tuvo lugar la Celebración de la Eucaristía navideña que contó con el acompañamiento musical de algunos alumnos del Colegio Janer y del Colegio Sant Ermengol y con la presencia de varios profesores y la Hna. Tomasa Itoiz.

Mons. Vives en su homilía exhortó a los internos a vivir la misa de Navidad como un momento de alegría, de fe y de estimación entre las personas, y sobre todo, un grito de alabanza a Dios. Los animó a que aquella misa fuera una manera de reanimar el fuego de su fe, que las personas llevan muy adentro, para que se renovara, pidiendo ayuda al soplo del Espíritu Santo. El Arzobispo proclamó que el nacimiento de Jesús hace que toda persona humana sea revestida de una gran dignidad que nada ni nadie, por más privado de libertad o errores que haya podido cometer en su vida, puede eliminar. Finalmente recordó a los internos que el amor de Dios lo puede todo; y les deseó que el Espíritu Santo sople esta Navidad y que su fuego nos ayude a tener confianza en Dios y en nosotros mismos, y nos abra al amor a sus familias y amigos, y a los demás internos.

Al final de la misa, cada interno recibió un lote-obsequio de Cáritas Andorrana y un comentario al Evangelio de cada día, y pudo saludar personalmente al Arzobispo y Copríncipe, momento que muchos aprovecharon para hacerle conocer sus inquietudes y su agradecimiento.

Posteriormente tuvo lugar una pequeña explicación didáctica para los jóvenes que habían acudido a la celebración eucarística, sobre el Centro y su organización interna. El Copríncipe Episcopal quiso agradecer en nombre de todo el País el trabajo de todos los funcionarios y miembros del Cuerpo Penitenciario de Andorra en el ejercicio de su función.

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