El día 27 de febrero en el salón de actos del Seminario diocesano de Urgell tuvo lugar la presentación del libro “Lletres que parlen. Viatge als orígens del català” (Letras que hablan. Viaje a los orígenes del catalán) (La Magrana, del Grupo editorial Random-Penguin House). El acto fue presidido por el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives y contó con la presencia de los autores Dr. Jesús Alturo y Perucho y Dra. Tania Alaix y Gimbert; el Archivero diocesano de Urgell, Mn. Benigne Marquès; y la responsable de la oficina el delegado territorial del Gobierno de la Generalitat en el Alt Pirineu y Aran, Miriam Lamolla; así como una gran cantidad de público.
El Dr. Jesús Alturo y Perucho es catedrático de Paleoegrafía, Codicología y Diplomática de la Universidad Autónoma de Barcelona y Fundador y Director del Seminario de estas mismas materias y Miembros del Comité International de Paléographie Latine, Cruz de Sant Jordi 2021 y que tiene más de 350 publicaciones especializadas.
La Dra. Tania Alaix y Gimbert es Doctora en Ciencias de la Antigüedad y de la Edad Media, Bibliotecaria en la Biblioteca Nacional de Cataluña e investigadora en el Seminario de Paleografía, Codicología y Diplomática de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Son dos grandes mediavialistas, conocedores del Archivo diocesano y Capitular de Urgell, que colaboran habitualmente en la Revista diocesana «Urgellia» lo que queda de manifiesto en los agradecimientos del libro.
El libro que presentaron “Lletres que parlen. Viatge als orígens del català” (La Magrana, del Grupo editorial Random-Penguin House, de febrero de 2023) presenta una nueva propuesta sobre los orígenes de la lengua catalana y sobre los testimonios escritos más antiguos identificados hasta ahora. Aportan nuevas dataciones de los textos más antiguos más significativos escritos en catalán y ponen nombre a una treintena de autores, a muchos de los cuales han atribuido también nuevos documentos. La investigación que presentan está realizada a partir de estudios paleográficos, filológicos y sociohistóricos que combinan el análisis directo y personal de las fuentes primarias con el máximo rigor científico. Fruto de una investigación continuada en el tiempo, en la que han analizado miles de manuscritos de archivos y bibliotecas históricas catalanas, españolas y de países europeos como Francia, Italia y el Vaticano.
Los autores del libro se reafirman en que las Homilías de Organyà conservadas en la Biblioteca de Catalunya se copiaron alrededor de 1220, y sitúan su origen también en la Canónica de esta villa. La segunda copia del Libro de los jueces que se conserva en la Abadía de Montserrat también sería de la misma época entre 1220 y 1230, si no algo posterior.
Además, tanto el fragmento del Libro de los jueces de La Seu d’Urgell como el de la Abadía de Montserrat se habrían copiado a partir de una sola traducción y no de dos, como se había considerado hasta ahora. Esta traducción del latín al catalán la habrían realizado varios juristas en colaboración, bajo la dirección del juez de Barcelona Ponç Bonfill Marc, maestro de jueces, el primer tercio del siglo XI.
También nos ofrecen una nueva edición crítica de estos textos librerios y de otros documentos o diplomas -textos de carácter administrativo y jurídico- identificados hasta ahora.
Sobre el origen de la lengua catalana el Dr. Jesús Alturo y la Dra. Tania Alaix avanzan el momento de la formación de la lengua catalana como mínimo en el siglo IV, entre tres y cuatro siglos antes de lo que mayoritariamente se ha argumentado. Lo hacen a partir de la identificación en los escritos de San Paciano, obispo de Barcelona, de gran formación clásica y autor cultísimo de obras en latín, de palabras y expresiones aisladas, como “si te placet” (por favor), “ subinde” (a menudo) y “ceruulus” (ciervo), tempranas formas populares en las que ya late un protocatalán, en gestación avanzada.
A la luz de sus hallazgos, los investigadores, afirman que el catalán escrito no emergió, tal y como se ha argumentado, por ignorancia de los escritores ni por incapacidad de la lengua latina para expresar los nuevos conceptos de la época feudal, motivo por el que la mayoría de los textos catalanes primitivos serían originarios del Obispado de Urgell. Por el contrario, los escribanos urgeleses eran mayoritariamente cultos y tenían un notable conocimiento del latín.