2. Principios de la Sagrada Escritura y de la Doctrina Social de la Iglesia
Los derechos de los emigrantes a vivir como miembros de la familia humana y la obligación correspondiente hacia ellos de acogida, ayuda, solidaridad y fraternidad tienen su fundamento en la condición de todos los seres humanos de hijos del mismo Padre Dios, de la que se deriva la común vocación de hermanos. Tenemos un origen común, el mismo fin, el mismo hábitat, la tierra creada por Dios y puesta al servicio de todos los hombres y mujeres de todos los tiempos y lugares. Tenemos un camino común, aunque vivamos diferentes situaciones.