Mensaje del Papa Benedicto XVI con motivo de la 17 Jornada Mundial del Enfermo 2009

La dedicación cotidiana y el compromiso sin descanso al servicio de los niños enfermos constituyen un elocuente testimonio de amor por la vida humana, en particular por la vida de quien es débil y en todo y por todo dependiente de los demás. Es necesario afirmar con vigor la absoluta y suprema dignidad de toda vida humana. No cambia, con el transcurso del tiempo, la enseñanza que la Iglesia proclama incesantemente: la vida humana es bella y debe vivirse en plenitud también cuando es débil y está envuelta en el misterio del sufrimiento. Es a Jesús crucificado a quien debemos dirigir nuestra mirada: muriendo en la cruz Él ha querido compartir el dolor de toda la humanidad. En su sufrimiento por amor entrevemos una suprema coparticipación en las penas de los niños enfermos y de sus padres. Mi venerado Predecesor Juan Pablo II, que desde la aceptación paciente del sufrimiento ha ofrecido un ejemplo luminoso especialmente en el ocaso de su vida, escribió: “Sobre la cruz está el ‘Redentor del hombre’, el Varón de dolores, que ha asumido en sí mismo los sufrimientos físicos y morales de los hombres de todos los tiempos, para que en el amor podamos encontrar el sentido salvífico de su dolor y respuestas válidas a todos sus interrogantes” (Salvifici doloris, 31).

Compartir
D’Amic i Amat
d’Amic e Amat
L’Advent: caminem cap al goig i l’esperança
Estimats diocesans,
estimada església d’Urgell,

A les vigílies de la solemnitat de la Immaculada Concepció de Maria fem camí cap una humanitat que ens fa retrobar el sentit del ser persona humana com recordàvem la setmana passada i això gràcies a la maternitat
next arrow
previous arrow

Darreres Notícies

Agenda