Mensaje del Papa Benedicto XVI con motivo de la 17 Jornada Mundial del Enfermo 2009

Pero hay más. Dado que el niño enfermo pertenece a una familia que comparte su sufrimiento a menudo con graves impedimentos y dificultades, las comunidades cristianas no pueden dejar de hacerse cargo también de ayudar a los núcleos familiares afectados por la enfermedad de un hio o de una hija. A ejemplo del “Buen Samaritano” es necesario que se incline hacia las personas tan duramente probadas y les ofrezca el apoyo de una solidaridad concreta. De este modo, la aceptación y el compartir del sufrimiento se traduce en un apoyo útil a las familias de los niños enfermos, creando dentro de ellas un clima de serenidad y esperanza, y haciendo sentir a su alrededor una familia más vasta de hermanos y hermanas en Cristo. La compasión de Jesús por el llanto de la viuda de Naím (cfr Lc 7,12-17) y por la implorante súplica de Jairo (cfr Lc 8,41-56) constituyen, entre otros, algunos puntos de referencia para aprender a compartir los momentos de pena física y moral de tantas familias probadas. Todo esto presupone un amor desinteresado y generoso, reflejo y signo del amor misericordioso de Dios, que nunca abandona a sus hijos en la prueba, sino que siempre les proporciona admirables recursos de corazón y de inteligencia para ser capaces de afrontar adecuadamente las dificultades de la vida.

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D’Amic i Amat
d’Amic e Amat
L’Advent: caminem cap al goig i l’esperança
Estimats diocesans,
estimada església d’Urgell,

A les vigílies de la solemnitat de la Immaculada Concepció de Maria fem camí cap una humanitat que ens fa retrobar el sentit del ser persona humana com recordàvem la setmana passada i això gràcies a la maternitat
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