El Hno. Jaume Hilari (Manuel Barbal Cosín) nació el 2 de enero de 1898 en Enviny, diócesis de Urgell, provincia de Lleida. Vivió en un ambiente profundamente cristiano, en los trabajos del campo y rudo trabajo de un pueblo de alta montaña. A los trece años entró en el Seminario de la Seu d’Urgell, pero, debido a una enfermedad del oído que será una cruz a lo largo de su vida, tuvo que abandonar los estudios eclesiásticos. En 1917 decidió entrar en el noviciado de los Hermanos de la Salle. El 24 de febrero del mismo año, en Irún, tomó con el hábito religioso el nombre de Hno. Jaume Hilari. Un año más tarde iniciaba su misión de educador y catequista. Fue en Mollerussa, en Pibrac, cerca de Toulouse (Francia), en Calaf, su tierra natal. En este período se hizo patente su capacidad literaria, y colaboró en revistas en la difusión de los valores cristianos. A partir de ese momento su sordera le impidió continuar su labor educativa. Tuvo que trasladarse a Cambrils (Tarragona) para ocuparse de las tareas del campo.
El 18 de julio de 1936 estalló la guerra civil española. El Hno. Jaume Hilari se refugió en una casa amiga de Mollerussa, donde permaneció en régimen de libertad vigilada. Luego fue trasladado a la cárcel de Lleida y, como procedía de Cambrils, fue conducido a Tarragona y encarcelado en el barco «Mahon» con otros sacerdotes y seglares cristianos. El 15 de enero de 1937 se celebró su juicio sumarísimo. No quería abogado defensor porque tenía la intención de decir siempre la verdad. Por obediencia aceptó la defensa del sr. Juan Montañés, pero no permitió que se disimulara su condición de religioso. El Tribunal Popular de Tarragona le condenó a muerte. Aceptó el veredicto con serenidad admirable y allí mismo envió a sus familiares una carta en la que expresaba su alegría de morir mártir. El abogado tramitó la solicitud de gracia, que fue concedida a las otras veinticuatro personas que habían sido juzgadas con él; pero él, el único religioso del grupo, fue ejecutado.
El 18 de enero de 1937, a las 15.30 de la tarde, el Hno. Jaume Hilari fue fusilado en el bosquecillo de la montaña de l’Oliva, junto al cementerio de Tarragona. Con sorpresa del piquete, el mártir continuó de pie después de dos descargas sucesivas. El grupo arrojó las armas y huyó. El jefe de la guerrilla, furioso, se acercó a la víctima y disparó a la sien del héroe. Sus últimas palabras a quienes le fusilaron fueron: «Amigos, morir por Cristo es reinar!» (Traducción de un fragmento de la biografía de Ciril Bertran y 8 compañeros, religiosos, del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas e Inocencio de la Inmaculada, presbítero, de la Congregación de la Pasión de Jesucristo, mártires, publicada en la web del Vaticano).
El Hno. Jaume Hilari fue canonizado por el papa Juan Pablo II el día 21 de noviembre de 1999.