Pentecostés y Confirmaciones en la Catedral

Los días 8 y 9 de junio el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives administró el sacramento de la Confirmación coincidiendo con la solemnidad litúrgica del Domingo de Pentecostés en la S.E. Catedral Basílica de Sta. María de Urgell en La Seu d’Urgell. Concelebraron con el Arzobispo el Vicario General y Rector de la Parroquia de St. Ot, Mn. Ignasi Navarri, Mn. Jordi Miquel, Mn. Josep M. Solé y Mn. Jordi Gasch.

La Vigilia de Pentecostés, el sábado día 8, fueron 8 jóvenes y 9 adultos quienes recibieron el sacramento de la Confirmación de manos del Arzobispo Joan-Enric. El domingo de Pentecostés fueron 22 jóvenes. En total, fueron 39 los confirmados por Pascua.

En su homilía el Arzobispo Joan-Enric animó a los confirmandos a abrirse al don del Espíritu Santo que recibían en plenitud en la fiesta litúrgica de Pentecostés. Jesús, lleno del Espíritu Santo, es la fuente del Espíritu prometido por el Padre. En realidad, la noche de Pascua el Resucitado alentó a sus discípulos diciéndoles: «Recibid el Espíritu Santo» (Jn 20,22); y el día de Pentecostés la fuerza del Espíritu descendió sobre los Apóstoles de forma extraordinaria. Pentecostés es el impulso misionero a dar la vida por la santificación de los hombres, para gloria de Dios. Si en cada sacramento obra el Espíritu, es especialmente en la Confirmación de que los fieles reciben como un Don del Espíritu Santo. Y en el momento de hacer la crismación, el Obispo dice: «Recibe el signo del don del Espíritu Santo»: es el gran don de Dios, el Espíritu Santo. Todos nosotros tenemos el Espíritu en el interior. El Espíritu está en nuestro corazón, en nuestra alma. Mons. Vives glosó cómo en el libro de los Hechos se muestra cómo a pesar de la diversidad de lenguas la fuerza del Espíritu Santo y del amor consigue crear unidad y que cada uno «podamos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua». Por eso animó a los jóvenes a dejarse guiar siempre por el Espíritu Santo que recibían en plenitud ese día que en la tradición de la Iglesia es conocido con el nombre de Espíritu Santo Defensor o Paráclito.
Al final de la celebración Mons. Vives regaló un Nuevo Testamento a los jóvenes confirmandos que ellos recibieron de sus manos dándole un beso como signo de estimación a la Palabra de Dios. Los adultos confirmados recibieron un pequeño candil hecho con madera de olivo de Belén para recordar cuánto necesitamos orar por la paz en Tierra Santa y en todo el mundo.

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