Gracias por la “germanor/hermandad” de todos

En este domingo celebramos el “Día de la Iglesia diocesana”, o “Día de Germanor (Hermandad)”, bella expresión para indicar que entre todos sostenemos las necesidades de toda la Comunidad Eclesial. Debemos tomar mayor conciencia de que es necesario dar un apoyo justo y suficiente a las actividades pastorales que la Iglesia desarrolla, y eso reclama oración, claro está, información e interés, ciertamente, pero también aportación de lo que podamos hacer personalmente por la comunidad, y también una parte económica, sosteniendo lo que se va realizando como Diócesis. Los rendimientos de los bienes propios de la Iglesia, la aportación de las Parroquias, el porcentaje del IRPF que viene de la declaración de la renta a través del Fondo Común de la Conferencia Episcopal Española y otras aportaciones son totalmente necesarios. Y en el fondo, todo depende también de nosotros, los fieles que amamos a la Iglesia y le damos nuestro apoyo, que yo os agradezco mucho. “¡Gracias por tanto!”, dice el lema. Porque es entre todos que hacemos tanto, para que la Iglesia pueda realizar su misión de anunciar el Evangelio, de comunicar la gracia de Dios, de ofrecer la misericordia y el consuelo del Padre celestial, de servir a la sociedad en tantos campos y ejercer la caridad hacia quienes más lo necesitan.

“¡Gracias por tanto!”, nos dicen los responsables de las Delegaciones diocesanas de Economía. Y nos recuerdan que es necesario que todos seamos agradecidos por las aportaciones generosas de los hermanos. La «construcción de la Iglesia» se va haciendo en la catequesis, la pastoral juvenil, la pastoral hacia las familias, las colonias y otras actividades del tiempo libre y culturales, los seminarios y la formación de los laicos, la atención a los enfermos, la ayuda de Caritas para con los pobres, las misiones y la ayuda al tercer mundo, el mantenimiento del necesario personal contratado para las acciones pastorales, la acción tan amplia de los religiosos y religiosas, los medios de comunicación social, los templos y otras dependencias de acción pastoral… Con su ayuda podemos ir haciéndolo y ampliando, según las necesidades que tenemos o que van apareciendo, y que son grandes. Ayudar es la forma que tenemos de hacernos corresponsables, y ayudaremos si amamos a la Iglesia. ¡Gracias por hacerlo posible!

Con el 0,7% de lo que aportamos por el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), destinado a la Iglesia, de lo que se recoge a través de las declaraciones de la renta (marcando la casilla), y que es compatible con el destino a otros fines sociales, vamos haciendo camino hacia la autofinanciación, con un esfuerzo de mayor transparencia informativa de nuestras cuentas. No se da una aportación directa del Estado, y tampoco es un dinero público, sino que libremente lo asignan o no los ciudadanos a una confesión religiosa o a una finalidad social, o a ambas a la vez. No hace falta que sean miembros de aquella confesión; simplemente muchos son simpatizantes o ven bien lo que hace y cómo actúa la Iglesia.

Gracias por las aportaciones de todos, puesto que es evidente que la Iglesia vive fundamentalmente de lo que los fieles aportan con libertad y responsabilidad. Seamos conscientes de ello, y agradecemos esta Jornada de la Germanor/ Hermandad diocesana.

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