Fiesta del Corpus en la Catedral y en todo el Obispado

El domingo día 19 de junio en todas las Parroquias del Obispado se celebró con solemnidad la fiesta tan tradicional del Corpus Christi, exaltación del amor a Jesús, hecho Eucaristía para la salvación del mundo, y manifestación de fe popular en su presencia real que nos acompaña. En muchas parroquias tuvo lugar un Acto eucarístico o una Procesión por las calles de los pueblos, prolongación de la Eucaristía, con el deseo de que el Señor visite con su presencia salvadora todos los rincones de la vida diaria.

En la Catedral de Sta. María de La Seu d’Urgell, el Arzobispo Joan-Enric, acompañado del Vicario General y Rector, Mn. Ignasi Navarri, de Mn. David Codina y del diácono permanente Mn. Antoni Serra y los seminaristas, el Presidente de Cáritas diocesana, y los fieles asistentes, presidió al mediodía la solemne Eucaristía y la procesión que salió del templo Catedralicio hasta llegar a la plaza de los Olmoss, centro neurálgico de la ciudad, donde van participar un buen grupo de niños que este año habían recibido su primera comunión, y por los Armats de la ciudad que acompañaron al Cuerpo del Señor en procesión con sus toques.

En su homilía dirigida a los niños especialmente Mons. Vives subrayó cómo precisamente los niños son quienes entienden mejor el misterio eucarístico en el que gracias a las palabras y gestos del sacerdote que actúa in persona Christi, el pan y el vino, se convierten realmente, en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Un sacrificio que actualizamos y hacemos real en toda celebración de la Eucaristía porque creemos lo que Jesús nos dijo con su palabra poderosa: “haced esto en memoria míal”.

Por eso, el Arzobispo, animó a los fieles a amar mucho la Eucaristía, a saber valorarla, a tratar al Señor sacramentado con adoración amorosa, reverencia y unción. Mons. Vives, recordó cómo en ese día pasearíamos el Cuerpo de Cristo a través de las calles de muchas ciudades para manifestarle que le amamos y que queremos que bendiga las calles, las personas, los enfermos… toda nuestra vida. Finalmente, el Arzobispo recordó cómo en ese día se celebraba el día de la Caridad porque la Eucaristía no puede ser real si no nos lleva al amor hacia los hermanos, especialmente los más necesitados, y animó a agradecer el trabajo que todos los voluntarios y trabajadores y grupos parroquiales de Cáritas llevan a cabo de forma desinteresada.

Al terminar la Eucaristía tuvo lugar la procesión con el Cuerpo de Cristo por la Catedral y la calle hasta la plaza de los Oms en un clima de respeto y devoción, mientras los armados acompañaban con sus tambores y se intercalaban cantos eucarísticos y los niños acompañaban el paso del Señor arrojando flores y pétalos por el camino donde tenía que pasar. En la plaza de los Olmos de la Catedral, que lucía con su bella austeridad románica, tuvo lugar una sencilla “statio” con la bendición desde allí con el Santísimo Sacramento hacia todos fieles de La Seu y de toda la Diócesis de Urgell y, especialmente, los enfermos y quienes pueden pasar por momentos de dificultad.

Al final de la procesión el Arzobispo bendijo al Pueblo de Dios con el Santísimo Sacramento y quiso agradecer a todos los que con su esfuerzo hicieron posible el acto eucarístico.

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