Los días 8 al 10 de febrero, en la Residencia de la Inmaculada «Pla de Tartera» (Prats de Cerdanya) tuvo lugar un fin de semana formativo y de actualización espiritual de una treintena de Hermanas Carmelitas de San José encabezadas por la Vicaria del Instituto Hna. Susana García y por la Superiora de la Comunidad de Prats de Cerdanya, Hna. Petra García.
El domingo 10 de febrero del Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives se hizo presente y celebró la Eucaristía dominical. En su homilía animó las Hermanas del Instituto a vivir con alegría su propio carisma a imitación de la Madre Fundadora Rosa Ojeda. Mons. Vives glosó las lecturas proclamadas en aquel domingo centrándose en la vocación de Isaías, cuando precisamente, dentro del templo Dios le llama y el profeta responde «Aquí estoy: envíame». Hay que estar atento a las llamadas que Dios nos pueda hacer en la vida y a vivir con intensidad la sagrada liturgia como un lugar privilegiado donde Dios nos habla y nos pide una respuesta. En este sentido, el Arzobispo animó las Hermanas Carmelitas, a ser mujeres que viven de la Palabra de Dios y de los sacramentos y a ser consagradas de oración intensa que les permita empaparse de Dios para luego servir generosamente las diferentes obras de apostolado que el Instituto de las Hermanas Carmelitas de San José tiene: colegios e institutos de educación; residencias, hospitales, etc. El Arzobispo animó a las religiosas a hacer como San Pedro hace en el Evangelio proclamado en ese domingo (Lc 5,1-11), ir mar adentro y echar las redes nuevamente para pescar, a pesar que se había estado trabajando toda la noche anterior y no habían conseguido nada. Muchas veces también nos esformzamos mucho y no obtenemos los frutos que quisiéramos pero hay que confiar en la palabra de Jesús y obedecer con confianza y humildad: «ya que vos lo decís, echaré las redes». Ya que Jesús nos lo pide, necesitamos perseverar en el servicio y la consagración por amor, a pesar de las dificultades o los pecados personales o de la comunidad que nos rodea confiando en la misericordia y la gracia de Dios que nos ayudará y nos hará ir «duc in altum» más allá de nosotros mismos. Finalmente, como San Pablo (1C 15,1-11) animó a las religiosas decir siempre en su corazón «por gracia de Dios soy lo que soy y la gracia que él me ha dado no ha sido infructuosa» ante la tentación del desánimo o cuando las fuerzas no nos acompañan o que no hemos obtenido los frutos después de muchos años de nuestra consagración. Esta puede ser una tentación del «Maligno» que nos hace desanimar y no confiar en la gracia.
Terminada la Eucaristía el Arzobispo bendijo en presencia de las Hermanas Carmelitas las obras de mejora y acondicionamiento que se han realizado en la Residencia la Inmaculada de Prats de Cerdanya que han permitido adaptar la sala de trabajo al uso de las nuevas tecnologías modernas. También bendijo un nuevo ascensor que se ha instalado en la residencia.
A continuación, Mons. Vives pudo compartir un rato de diálogo con las religiosas donde les explicó su experiencia en la Jornada Mundial de la Juventud en Panamá con el Papa Francisco, que fue un momento gozoso para la Iglesia. El Arzobispo exhortó las Hermanas Religiosas que pudieran recuperar y leer los discursos del Papa dirigidos a los jóvenes.
También pudo visitar y hablar con Mn. Enric Bonet, ya anciano, que reside en aquella Residencia.
La gozosa convivencia concluyó con una oración por la Hna. Pilar Lizarralde traspasada repentinamente la madrugada de aquel domingo en la casa de San José de Horta donde residen las hermanas mayores o enfermas del Instituto.