El pueblo de Penelles celebra los 25 años del Esplai parroquial «La Freixa»

El sábado 30 de septiembre fue un día de celebración, de reencuentros, recuerdos y agradecimientos, en el pueblo de Penelles.
El Esplai “La Freixa” cumplía veinticinco años en su labor, y quisieron celebrarlo con una fiesta abierta al pueblo y especialmente a sus niños y jóvenes. Toda una serie de actos llenaron la tarde y la noche, recordando cómo esta entidad nacida al abrigo de la Parroquia y del buen acompañamiento de Mn. Antoni Tort, ya había hecho un poco de camino y había dejado huella entre los niños y jóvenes que llevaron y llevan alrededor de su cuello el fular con los colores blanquiazul que identifican el esplai de Penelles. El esplai forma parte de la gran familia de esplais que constituyen la Fundación Esplais Santa María de Núria del Obispado de Urgell y que realizan una importante labor de educación en el ocio en toda la geografía urgelitana.

Los actuales monitores y monitoras de “La Freixa” diseñaron una fiesta de tarde, con el objetivo de que los diferentes actos hicieran ver y vivir el espíritu de un esplai: vivir, celebrar y compartir. A primera hora, un grupo de animación hizo juegos, canciones y animación entre los chicos participantes y las familias que los acompañaban, para ir haciendo ese calor tan propio de los esplais y agrupamientos.

A las seis se celebró la Eucaristía, que fue preparada por los propios monitores y niños del esplai.

La celebración contó con la presencia del Alcalde de Penelles, Ilmo. Sr. Eloi Bergós, que fue uno de los primeros monitores del esplai en sus inicios; en representación de la FEMN asistieron Alba Valls y David Pradas, miembros del Patronato. La misa de estas bodas de plata de “La Freixa” estuvo presidida por Mn. Jaume Mayoral, del grupo de la Fe en la FEMN, quien hizo llegar el saludo y la felicitación del Rector de la Parroquia, Mn. Ivan Ayala, y del Consiliario de la FEMN, Mn. Joan Pau Esteban, que no pudieron asistir. La Eucaristía fue profundamente vivida, con su participación y total implicación, por los niños y sus familias. Tuvieron protagonismo los cantos, las oraciones y las ofrendas, que hablaron de cariño, de espiritualidad y de necesidad de amar más y mejor, no sólo a las personas, sino también a la tierra a la que se pertenece. No faltó el homenaje a la Virgen de la Alegría, patrona de los esplais, que tiene su sitio en la iglesia parroquial de Penelles: para ella fue el último canto.

Acabada la misa, la fiesta continuó con un pasacalles animado por la Colla Gegantera de Penelles y con la música de los grallers y tamborileros “Gratali” de Linyola. Pequeños y mayores se lo pasaron en grande siguiéndolo y participando, siguiendo las calles del pueblo y mezclándose con los turistas que visitaban los murales de Penelles, agradecidos por la fiesta. Al finalizar, se proyectó un cortometraje documental en el cine Kursaal sobre la historia y anécdotas que han llevado los 25 años del esplai. Todo el mundo pudo disfrutar, con buen humor, de los muchos momentos humanos y sencillos, que han ido haciendo camino en el esplai de Penelles. Fue una mirada para recordar y agradecer todo lo que han hecho las personas para realizar la actual “La Freixa”.

La cena de hermandad se llevó a cabo en el pabellón del pueblo, con el reencuentro de la mucha gente de todas las edades que aman el esplai y se lo sienten un poco suyo. Al final no faltaron las palabras por parte del Alcalde reconociendo y felicitando la labor que hace “La Freixa” y también las palabras de los monitores y monitoras agradeciendo la confianza que les hacen los padres y el pueblo. Luego también hubo el brindis y el pastel por el 25 aniversario y todavía un rato de discomóvil para acabar de redondear la fiesta.

Recogiendo las palabras de uno de los asistentes “esperamos que este árbol, ese fresno (freixa, en catalán) que nos ha cobijado durante veinticinco años lo pueda hacer muchos más y crezca con todos nosotros, y con nuestros hijos y esperamos que también con los hijos de nuestros hijos”, pero también la de un niño, Quim, que pedía que se celebrase cada año el aniversario del Esplai para volver a hacer una fiesta -con palabras suyas- “tan súper guay” .

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