«La Iglesia se une cada año, durante los cuarenta días de la Cuaresma, al misterio de Jesús en el desierto» (Catecismo n. 540), cuando Jesús se reveló totalmente obediente a la voluntad divina y venció al diablo, el mentiroso. Sintámonos urgidos a vivir los días cuaresmales con profundidad espiritual y conversión de corazón, amando más a Dios y a los hermanos, y dejándonos conducir por el Espíritu de Cristo, que todo lo renueva. Con el Miércoles de Ceniza hemos iniciado este tiempo de ayuno, oración y limosna, en preparación para la Semana Santa y la Pascua.
Os ofrezco 10 frases sintéticas inspiradas en textos del Papa Francisco sobre el sentido de la Cuaresma:
- La ceniza sobre la cabeza nos recuerda que somos polvo y que al polvo volveremos. Pero sobre este polvo, nuestro Dios ha infundido su Espíritu de vida.
- La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para acoger a Dios en nuestra vida y permitirle poner su estancia en nosotros.
- El ayuno vivido como experiencia de privación y solidaridad, vivido con sencillez de corazón, lleva a descubrir de nuevo el don de Dios y a comprender que somos débiles criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su destino.
- Vivir la Cuaresma con esperanza significa sentir que, en Jesucristo, somos testigos del tiempo nuevo, en el que Dios «hace nuevas todas las cosas» (cf. Ap 21,1-6).
- En la vida tendremos siempre cosas pendientes por hacer y excusas para no dar, sin embargo, éste es el tiempo de “volver a Dios”, dándonos más y del todo.
- La Cuaresma es una peregrinación que implica toda nuestra vida, todo lo que somos. Es el tiempo para verificar los caminos que estamos recorriendo, para volver a encontrar el camino de regreso a casa, y redescubrir el vínculo fundamental con Dios, del que depende todo.
- El viaje de regreso a Dios se dificulta por nuestros apegos malsanos, se frena por los lazos seductores de los vicios, de las falsas seguridades del dinero y del aparentar, del lamento victimista que paraliza. Para caminar, es necesario desenmascarar estas ilusiones.
- La Cuaresma es un abajamiento humilde hacia nuestro interior y hacia los demás.
- Nuestro viaje de regreso a Dios sólo es posible porque antes se produjo su viaje de venida hacia nosotros; si no, no hubiera sido posible. Antes de que nosotros fuéramos hacia Él, Él bajó hacia nosotros.
- El Padre que nos llama a volver al hogar de los hijos, es el que sale de casa para venir misericordioso a abrazarnos; el Señor que nos cura es Aquel que se dejó herir en la Cruz; el Espíritu que nos hace cambiar de vida es Aquel que sopla con fuerza y dulzura sobre nuestro barro.