Article de Mons. Vives sobre la Transparència de l’economia de l’Església

L’Arquebisbe Joan Enric Vives va publicar al periòdic “La Razón” el text següent el diumenge 21 d’abril :

Iglesia y ley de transparencia

De entrada se está por la transparencia. Se lo acabo de explicar a los Miembros de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras de España, que ayer visitaban Andorra. Si se exige una economía ética, sin codicia ni avaricia financiera, y reclamamos un nuevo orden económico basado en valores humanistas, pues es justo reconocer que debe ir siempre acompañado por la honradez y la transparencia. Y la Iglesia así lo reclama, precisamente en el gran último texto de su Doctrina social, como es la “Caritas in veritate” de Benedicto XVI: “La economía tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento; no de cualquier ética sino de una ética amiga de la persona… Hoy se necesita tanto la preparación económica profesional como la coherencia moral” (nn. 45 y 71).

La Iglesia vive de lo que recibe de la generosidad de sus fieles, sea directamente como donativos para que pueda ejercer sus finalidades o bien sean aportaciones por servicios recibidos. Tiene los bienes patrimoniales que generaciones actuales y anteriores han querido cederle para su misión, que es espiritual pero que a nadie se le escapa que precisa de un apoyo mínimo económico. También se nutre de las aportaciones que libremente los contribuyentes destinan en el momento de hacer la declaración de la renta, como también las tienen otras instituciones para fines sociales y causas muy diversas. Y recibe aportaciones por subvenciones o convenios muy bien delimitados en sus requisitos legales y absolutamente transparentes.

¿Qué hace con sus bienes y con lo que recibe de las personas que valoran lo que representa la Iglesia? Lo primero es predicar la Palabra de Dios y celebrar con dignidad el culto, tener los templos y ermitas en buen estado y abiertas a todos, con su patrimonio catequético-cultural bien cuidado, para que la libertad religiosa sea efectiva. También es tarea muy propia de la Iglesia, especialmente desde Cáritas parroquiales y diocesanas, ayudar a quien lo necesita, cuidar de muchos colectivos con enormes carencias y ser fuente de solidaridad en momentos de crisis. Para todo ello debe dar un sustento suficiente a los ministros y a personas contratadas, aunque puede hacer mucho porque cuenta con un gran número de voluntarios. Y en especial la Iglesia mira de atender muchas tareas que podríamos considerar ejercicio del apostolado, desde enseñanza y catequesis al ejercicio de la caridad con tantos colectivos desfavorecidos, y el compartir solidariamente en tantas misiones y con gran cooperación con los colectivos en vías de desarrollo.

No recibimos una financiación directa del Estado sino sólo por servicios prestados. Y se pagan todas las tasas legales incluido el IVA y el IBI, excepto lo que la misma ley contempla como exención para la Iglesia y para tantas otras instituciones. Agradecemos este mecenazgo pues con ello podemos hacer mejores y más cosas por la sociedad. La Iglesia estará siempre por la transparencia que dicte la Ley y va a seguir cumpliendo su misión con los medios de que disponga, haciendo mucho “por tantos que todavía necesitan tanto”, que es un lema muy nuestro.

Joan-Enric Vives,
Arzobispo de Urgell y miembro del Consejo de Economía de la CEE

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