La Diócesis de Urgell ha participado en las Jornadas Nacionales de Delegados Diocesanos de Misiones y la Asamblea Nacional de las Obras Misionales Pontificias, que se llevaron a cabo los días 12, 13 y 14 de mayo en Madrid. Este año, la reflexión se centró en la formación misionera de los futuros sacerdotes.
Por parte de la Delegación de Urgell participaron el Delegado de Misiones, Mn. Jaume Soy, y la Subdelegada, Sra. Cristina Ribot, que fueron acompañados por Mons. Josep-Lluís Serrano, Obispo Coadjutor, miembro de la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias. También asistieron siete delegados de las diócesis de Cataluña y más de cuarenta procedentes de diversas diócesis de España, y participaron los otros obispos de la Comisión Episcopal para las Misiones y la Cooperación con las Iglesias: Mons. Joseba Segura, Obispo de Bilbao y presidente de la comisión, y Mons. Arturo García, Obispo auxiliar de Valencia.
La conferencia inaugural, titulada “Los misioneros, prueba de esperanza”, estuvo a cargo del Sr. Juan Carlos Carvajal, profesor de la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Esta ponencia fue una invitación a situarnos desde una reflexión bíblica bautismal que fundamenta la vida de los misioneros y los impulsa al anuncio fundamental: Cristo ha resucitado para que tengamos una esperanza viva. Por eso, la misión debe estar impregnada de la esperanza que brota del corazón de la Trinidad. El P. Jesús Graciliano ofreció su testimonio y habló de los 150 años de las misiones salesianas, una verdadera llamada a seguir escuchando la voz del Espíritu Santo, que ha impulsado en todo tiempo el anuncio de Cristo allí donde aún no es conocido.
El martes 13 por la mañana se inició con una conferencia que planteaba la pregunta: ¿Qué formación integral para sacerdotes y vida religiosa en el ámbito de la misión?, a cargo del Sr. José San José Prisco, profesor de la Universidad Pontificia de Salamanca. Él puso especial énfasis en los rasgos de una formación con clave misionera: capacidad de diálogo, opción por los pobres y sensibilidad social, discernimiento y resiliencia, espiritualidad de itinerancia, y preparación para el trabajo manual y la autosostenibilidad. La reflexión de la mañana concluyó con una mesa redonda sobre la formación misionera, con miembros de diferentes realidades vinculadas a los procesos formativos. Por la tarde, se abrió un espacio de reflexión en grupo sobre la realidad de la formación misionera en los seminarios diocesanos. A continuación, se llevó a cabo una mesa redonda sobre vivencias misioneras de esperanza. La jornada se cerró con el rezo del Rosario misionero ante el Santísimo.
El último día, miércoles 14, se dedicó a la presentación del Domund 2025 por parte del P. Dinh Anh Nhue Nguyen, secretario general de la Unión Pontificia Misional. Destacó el mensaje del Santo Padre Francisco para la Jornada Misionera Mundial 2025, con el lema “Misioneros de esperanza entre los pueblos”, que puede considerarse como su testamento espiritual, ya que es el último documento misionero del pontífice. La clausura estuvo marcada por varias informaciones relativas al ámbito de las Obras Misionales Pontificias.