El Arzobispo metropolitano de Valencia, Mons. Enric Benavent, presidió el pasado 11 de enero en la Catedral de Valencia la solemne misa de ordenación episcopal de Mons. Ferran Ramon Casas y Mons. Arturo J. García Pérez como Obispos auxiliares de Valencia. La Misa fue concelebrada por el Nuncio en España y Andorra y por más de 40 Arzobispos y Obispos, entre ellos el Arzobispo de Urgell Joan-Enric Vives y el Obispo Coadjutor Josep Lluís Serrano.
Monss. Benavent en su homilía dirigiéndose a los nuevos obispos auxiliares, afirmó: “grande es la responsabilidad que asumís ante Dios y ante la Comunidad cristiana. No recibimos el ministerio episcopal para nuestro provecho, sino para la edificación de la Iglesia”, y pidió a la feligresía “rezar por ellos para que el ministerio contribuya a la edificación de la Iglesia como comunidad de fe, esperanza y caridad”.
Mons. Benavent utilizó las palabras de San Agustín quien definió “el ministerio episcopal como un oficio de amor. Hoy volvéis a decirle al Señor que le amáis, que por eso acepta la misión de ser pastores de su rebaño. El episcopado es un ministerio de amor en la Comunidad cristiana, a la que estamos llamados a servir. Esto debe llevarnos a vivir el ministerio desde el perdón y la misericordia, a no convertirnos en jueces que deciden quién es bueno o malo, porque también nosotros estamos necesitados de la comprensión, del perdón y de la misericordia de Dios y de toda la comunidad cristiana”.
Al inicio del Año Jubilar convocado por el Papa «Peregrinos de Esperanza», ha señalado que «nos empuja a acercarnos a quienes tienen el corazón rasgado, a ser sembradores de libertad y de esperanza en el corazón de nuestro mundo. A los no creyentes, no podemos convertirnos en puertas que cierren a los demás el acceso a Cristo, sino en Iglesia de puertas abiertas que lo facilite a todos, como constantemente nos recuerda el papa Francisco”.