La celebración eucarística en la Solemnidad de Todos los Santos en la parroquia de Sant Julià y Sant Germà inició, el 1 de noviembre, las actividades previstas en la cuarta jornada de la Visita Pastoral del Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives. Antes visitaron Naturland. Mons. Vives estaba acompañado por el Obispo Coadjutor, Mons. Josep Lluís Serrano.
La solemne Eucaristía, con el templo lleno, fue presidida por el Arzobispo Vives y concelebrada por Mons. Serrano, el rector de la Parroquia, Mn. Pepe Chisvert, y por el Secretario General Mn. David Codina; y acolitada por Anna M. Villas.
En su homilía, el Arzobispo envió un mensaje de solidaridad e hizo una oración por las personas que han muerto y por las que están sufriendo por la pérdida de familiares y personas queridas, en los efectos de la DANA en Valencia y el sur de Cataluña, señalando que ya se están poniendo en marcha campañas de apoyo a través de Cáritas diocesana de Urgell y Cáritas Andorrana. También glosó las lecturas del día, poniendo énfasis en que los fieles deben tener grandes ideales como lo son las Bienaventuranzas. Mons. Vives reiteró que éste es el ideal al que todo cristiano debe aspirar: la santidad, que no es algo alejado, sino que hay que aspirar a ello en el día a día. Debemos vivir la comunión de todos los santos, los canonizados y los anónimos, porque la Iglesia es un misterio de comunión, y ellos pueden ser el acicate que debe llevar alegría interior.
Al finalizar la celebración, los dos obispos saludaron a todos los asistentes a la salida del templo.
Después de una breve atención de Mons. Vives a la prensa, buena parte de los asistentes a la misa, los dos obispos y los sacerdotes, se desplazaron a pie hasta el Cementerio viejo, en la entrada de la población de Sant Julià. Allí, Mons. Joan-Enric rezó por los difuntos que allí reposan y recordó a los fieles que se reunieron la importancia de tener presentes a los difuntos y a las personas queridas que nos han dejado. Más tarde, la comitiva se desplazó hasta el Cementerio nuevo de Fontaneda donde también se hizo una breve oración con los fieles reunidos.
Por la tarde, y después de un almuerzo de hermandad con miembros del Consejo de Pastoral, catequistas y colaboradores de la parroquia, se llevaron a cabo dos encuentros: uno en la misma iglesia, con el Consejo pastoral y colaboradores, y la otra con los jóvenes organizadores del Canòlich Music, en la rectoría.
En el primer encuentro, Mons. Vives animó a los asistentes a valorar que forman parte de la Iglesia santa, el Pueblo santo de Dios, a amar a la Iglesia que nos ha dado la fe. También a encarar el reto de ampliar las parroquias con actividades que ayudan a las personas a sentirse parte corresponsable. Mons. Serrano, les animó a ser Iglesia profética, que sale afuera de sí misma, en un aprendizaje constante. Valoró mucho la riqueza de la parroquia de Sant Julià, que asume la responsabilidad de orar por los demás y con muchos grupos activos y que después pudieron explicar a los participantes al encuentro, ofreciendo su testimonio personal.
Mn. Pepe Chisvert expresó la voluntad de la parroquia de dar servicio a las personas, de forma abierta a todo el mundo, a través de las actividades de muy diverso signo. Concluyó con una oración a la Virgen.
En la reunión posterior, con los jóvenes que conforman el grupo de jóvenes y monitores del Canòlich Music Festival, los obispos pudieron conocer de primera mano cómo se organizan las actividades del Canòlich, que ha tomado en los últimos años un formato muy vinculado a las escuelas andorranas, introduciendo la música y los valores en las clases durante los días previos a la gran celebración eucarística que se realiza en la iglesia de Sant Julià y Sant Germà.