El domingo 6 de octubre fue fiesta grande en el pequeño pueblo de Gósol (Berguedà) porque recibió la Visita Pastoral del sr. Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, acompañado del Obispo Coadjutor, Mons. Josep Lluís Serrano. A su llegada a la población fueron recibidos por el Ilmo. Sr. Alcalde de Gósol, Rafael López y por el Rector, Mn. Pau Bellido. También estaban presentes los familiares de Mn. Ramon Anglerill y la Alcaldesa de Saldes, Ilma. Sra. Dolores Jiménez. En ese domingo la población quiso rendir un sentido homenaje a dos presbíteros ilustres que estaban muy vinculados: Mn. Ramon Anglerill (1938-2019) y Mn. Josep Maria Ballarín (1920-2016) con motivo de los cinco años del traspaso de Mn. Ramon.
El acto central fue la celebración de la Eucaristía dominical presidida por el Arzobispo y concelebrada por el Obispo Coadjutor y por el Rector Mn. Pau Bellido, con Mn. David Codina. La Misa fue solemnizada por los cantos del Coro parroquial de Gósol, acompañados de los jóvenes músicos Clara y Guillem Brunet, y asistió una gran cantidad de fieles, entre ellos, los hermanos y familia de Mn. Ramon Anglerill y los Alcaldes de Gósol y Saldes.
En su homilía el Arzobispo destacó cómo las lecturas de la Palabra de Dios proclamadas en ese domingo hablaban del valor del matrimonio para siempre y de la fidelidad conyugal y pidió un esfuerzo para que las familias tiendan al amor más alto que es lo que nos propone el Evangelio y que con la gracia del sacramento del matrimonio podemos conseguir. Destacó el versículo antes del Evangelio «si nos amamos, Dios está en nosotros, y dentro de nosotros su amor es tan grande que ya no falta nada», como una síntesis muy bella de la concreción que debe tener en el amor a la familia. Y destacó cómo la Iglesia es una familia de familias donde las diferentes generaciones son tan importantes: niños, adolescentes y jóvenes, adultos y mayores, unidos, por el amor. Animó a los poderes públicos a fomentar políticas que ayuden a las familias de forma eficiente y que permitan la conciliación familiar y la crianza de los hijos.
A continuación destacó la frase evangélica «Quien no reciba el Reino de Dios como lo recibe un niño, no entrará en él» para destacar que en el caso de los dos presbíteros homenajeados, Mn. Ramon Anglerill y Mn. Josep M. Ballarín, se cumplía esta máxima evangélica porque llevaron a cabo su ministerio presbiteral con un corazón de niños. Mons. Vives destacó la generosidad y la bondad de Mn. Ramon Anglerill, con la Rectoría siempre abierta para cualquier persona que quisiera guarecerse y su servicio apostólico incansable al servicio de todos los habitantes sin exclusiones de los pueblos del Valle de la Vansa y del Pedraforca: Gósol, Adraén, Fórnols, Tuixent, Josa del Cadí, Ossera… También destacó su inteligencia y bonhomía así como su sabiduría al acompañar a personas espiritualmente. De Mn. Josep M. Ballarín el Arzobispo Vives destacó su vertiente ilustrada y escritora, su catalanismo abierto y sus conocimientos y amistades políticas capaces de tender puentes entre gente muy dispar, el amor a Santa María de Queralt y a Santa Teresita de Lisieux.
Al final de la Misa tuvo lugar el acto cívico fuera de la iglesia, donde varios vecinos del pueblo destacaron en una bella sinfonía con diversas vivencias que tenían de Mn. Ramon Anglerill y cómo les había ayudado en su camino personal, espiritual y de fe. Inició el testimonio el Alcalde de Gósol que quiso recuperar unas grabaciones del propio Mn. Ramon donde se ponían de manifiesto que fue un factor de unión y bondad para todo el pueblo. También la Alcaldesa de Saldes destacó cómo le había acompañado y ayudado personalmente, y, al mismo tiempo, su contribución en la renovación y arreglo de diversas iglesias de Saldes. Otros testimonios de colaboradores de todas las edades fueron todos emotivos y muy alentadores.
A continuación se procedió a la bendición e inauguración de la placa escultura conmemorativa que se ha instalado en la fachada de la iglesia, obra del escultor arraigado en Gósol Josep Ricart Garriga y que lleva la inscripción: “El pueblo de Gósol, a Mossèn Ramon M. Anglerill y a Mossèn Josep M. Ballarín, ejemplos de generosidad, amistad y fe”. El mismo autor Ricart hizo la explicación antes de la bendición, que corrió a cargo de Mons. Vives, quien destapó la placa junto a los familiares de Mn. Ramon y el Alcalde de Gósol.
A continuación, en la plaza del pueblo, tuvo lugar el “ballet de Déu” con los cabezudos de la Asociación cultural Mn. Ballarín que también quieren ser una forma de expresar popularmente el cariño de Gósol hacia los dos presbíteros homenajeados.
Un vermut popular y una comida de hermandad concluyó la gozosa fiesta de pueblo agradecido.