¡Os deseo una Santa y Gozosa Pascua de Pentecostés!
Cristo Resucitado nos envía el Espíritu Santo,
nos llena de gracia, de valentía y de paz,
para que podamos ser testigos de su amor.
Os invito hoy a orar con la Secuencia de Pentecostés
(Veni, Sancte Spiritus). Un bellísimo texto,
atribuido a Stephen Langton (1150-1228), arzobispo de Canterbury,
que se proclama en la liturgia del día de Pentecostés,
aunque a menudo no la escuchamos en nuestras celebraciones.
Hagámosla objeto de nuestra personal estima espiritual:
“Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre, don, en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas, fuente del mayor consuelo,
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo, brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
Amén. Aleluya.”
¡A todos, Santa Pascua, granada de dones y de frutos!
¡Salgamos a anunciar el Evangelio de la misericordia de Dios!
¡Os deseo paz y alegría en el Espíritu Santo!
+Joan-Enric Vives, Arzobispo de Urgell
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