Solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo, Rey de todo el mundo, en Agramunt

El domingo 26 de noviembre, solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey de todo el mundo, en la Parroquia de la Virgen Asunta de Agramunt fue fiesta grande porque dentro de la celebración eucarística del domingo, las tres religiosas que forman la comunidad de Hijas de Cristo Rey, las hermanas: Mª de los Ángeles, Elvira y Ángeles celebraron la fiesta de su Congregación y renovaron su consagración religiosa.

La Eucaristía fue presidida por el Arzobispo Joan-Enric y concelebrada por el Rector de Agramunt y Arcipreste, Mn. Jaume Mayoral, y Mn. David Codina. Acolitaron el Hno. Joaquim Cifuentes de los Franciscanos de Cruz Blanca y el joven Marc Serra, colaborador habitual de la Parroquia. La Eucaristía fue solemnizada por el Coro Parroquial. Asistió una gran cantidad de fieles, entre ellos, el Alcalde pedáneo de Santa María de Montmagastrell, Ilmo. Sr. Ramon Miralles.

En su homilía el Arzobispo glosó el sentido profundo de la solemnidad: Jesucristo es Rey pero no como los soberanos y reyes de este mundo, sino en la cruz, desde el sufrimiento y el abajamiento. La muerte de Jesús en cruz, con el trato humillante del Rey Herodes, “sobre él había un rótulo que decía: “El rey de los judíos”” nos enseña que el Mesianismo de Jesús no es el del éxito y la fuerza sino el del abajamiento y la solidaridad con toda persona que sufre. Su Reino, en efecto, es Reino de «verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y de paz». Mons. Vives animó a orar por la paz, en Gaza, Ucrania y en tantos y tantos lugares del mundo, y, sobre todo, a ser constructores de paz con quienes tenemos al lado, en la familia, en el pueblo, con quienes piensan diferente de nosotros. Animó a sentirse contentos y satisfechos porque tenemos un rey lleno de misericordia y que ama a todos los hombres y mujeres de una forma concreta: no sólo con palabras, sino con amor concreto de obras de misericordia. El amor debe ponerse en práctica de una forma concreta y no teórica, y en todas partes poner siempre el amor que todo lo puede.

Mons. Vives recordó cómo las “Hijas de Cristo Rey” celebraban en ese día su fiesta y renovaban su consagración religiosa. Hace 6 años, en 2017, llegaron al pueblo de Agramunt, y fundaron allí una comunidad, en el lugar donde había nacido y había sido bautizado su fundador, el Venerable Mn. Josep Gras Granollers (Agramunt 1834 – Granada 1918). El Arzobispo subrayó cómo un hijo de Agramunt, había dado mucho fruto a la Iglesia Universal, y cómo la Congregación de las Hijas de Cristo Rey había nacido de algún modo en la población agramuntina porque en la pila bautismal de Agramunt se había engendrado a la fe quien un día fundaría la Congregación. Destacó el buen servicio que el Rector de Agramunt, junto a las Religiosas Hijas de Cristo Rey y el Hno. Joaquim Cifuentes, llevan a cabo para servir pastoralmente a los pueblos de la Ribera de Sió que tienen encomendados, con un buen espíritu de servicio y colaboración.

Al final de la Misa las Religiosas obsequiaron a los fieles con torta y moscatel que habían preparado para agradecer las muestras de cariño que el pueblo les había hecho sentir.

 

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