Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos

Con el título “Haz el bien, busca la justicia”, que nos remite al versículo del libro del profeta Isaías (Is I,17), se celebra del 18 al 25 de enero la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, impulsada por la Comisión Interdiocesana de Ecumenismo y de Relaciones Interreligiosas en Cataluña, y en Urgell concretada por la Delegación Diocesana de Ecumenismo.

Esta celebración de oración y unidad entre los cristianos hunde sus raíces históricas en la “unión de oración para la unidad” que se puso en marcha en el siglo XIX, en 1840. Sólo cincuenta años más tarde, en 1894, el Papa Lledó XIII recomendó la práctica del Octavario de oración por la unidad durante el tiempo de Pentecostés. Durante el siglo XX, diversas iniciativas acercan esta costumbre de reunirse y orar por la unidad en Francia y Cataluña, y justamente en 1964, en Jerusalén, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras recitan juntos la oración de Cristo “que todos sean uno” (Jn 17,21). En 1968 se celebra la Semana de Oración por primera vez a partir de los textos de Fe y Constitución y del Pontificio Consejo por la Promoción de la Unidad Cristiana.

En el lema de este año, Isaías exhorta al pueblo de Dios de su tiempo a aprender a hacer todos juntos el bien, a buscar todos juntos la justicia, a socorrer todos juntos a los oprimidos, a hacer el bien al huérfano y a tomar la defensa de las viudas todos juntos. Un desafío que también nos concierne a la sociedad actual y a los cristianos: hoy la separación y la opresión son evidentes cuando un solo grupo o una sola clase social quiere atribuirse privilegios frente a los demás. La Biblia nos enseña que no podemos separar nuestra relación con Cristo de nuestra actitud hacia el conjunto del pueblo de Dios, especialmente los más frágiles.

Éste es el sentido de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, el de seguir adelante y vivir esta semana como un momento para la oración y para el encuentro fraterno, de buena disposición. Para que el Espíritu Santo nos purifique de nuestros pecados y nos ayude a ver cuáles son los caminos más adecuados para que el deseo de comunión sea una realidad.

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