El día 22 de abril, Mons. Gerard Villalonga Hellín fue ordenado obispo de Menorca y tomó posesión de la sede episcopal menorquina en la Catedral. Los actos se iniciaron, en el Palacio episcopal, con el juramento de fidelidad que prestó el nuevo pastor de la Diócesis menorquina ante el Colegio de Consultores y el Nuncio en España y Andorra, Mons. Bernardito C. Auza. La ceremonia de la ordenación episcopal fue presidida por el Nuncio Apostólico, el arzobispo de Valencia, Mons. Enrique Benavent y Mons. Francesc Conesa, Obispo de Solsona y que fue pastor de la Iglesia de Menorca entre los años 2017 y 2022. Una ceremonia muy solemne y emotiva que contó con la asistencia de numerosos fieles de las distintas comunidades parroquiales de Menorca. Además, asistieron 20 cardenales, arzobispos (entre ellos el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives) y obispos así como 60 presbíteros y unas 40 autoridades autónomas, insulares y municipales y una multitud de fieles.
En su homilía, el Nuncio Apostólico Mons. Bernardito Auza resaltó que Mons. Gerard conocía muy bien la Diócesis de Menorca. Es natural de Maó y ha ejercido todo su ministerio pastoral en Menorca, siendo Vicario General y dos veces Administrador diocesano. Además, destacó Mons. Auza, «esta sede tiene una bella historia, porque fue evangelizada en los primeros tiempos del cristianismo». Por último, puso en valor las dos vocaciones de Gerard Villalonga: ser maestro y ser sacerdote: “Ser un buen evangelizador significa ser un buen maestro.”
Gerard Villalonga es el segundo menorquín que ocupa la sede episcopal de Menorca después de Antoni Vila Camps, que fue obispo de 1798 a 1802.