Todos los cristianos de las diversas Iglesias y confesiones, mantenemos viva en estas últimas semanas la oración intensa por la paz en el mundo, y de forma especial por la paz en Ucrania. Debemos hacerlo: que cesen la guerra y la violencia y se puedan encontrar soluciones diplomáticas al conflicto. Apelamos al respeto de los principios del Derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y del Acta final de los Acuerdos de Helsinki, mientras exigimos que Ucrania pueda seguir siendo independiente, soberana y con integridad territorial en el interior de sus fronteras internacionalmente reconocidas. Que el pueblo ruso y el pueblo ucraniano puedan convivir con paz y mutuo respeto.
Las imágenes que hemos visto de la guerra de invasión rusa estremecen y nos llenan de dolor y de lágrimas. «Ante la barbarie de la matanza de niños, de personas inocentes y de civiles indefensos, no hay razones estratégicas que valgan: debe cesar la inaceptable agresión armada, antes de que se reduzcan las ciudades a cementerios», ha clamado el Papa Francisco. Vemos tanta muerte y destrucción, tantos refugiados, sobre todo niños… Se hace mayor la separación, el odio y la mentira entre estos dos pueblos hermanos, engendrados a la fe en Kyiv en el siglo X. Roguemos «al Señor que destruye las guerras» que conceda la paz justa y reparadora.
En nuestra Diócesis mantenemos con Ucrania relaciones de fraternidad, amistad y cooperación, compartiendo la fe cristiana y con relaciones de intercambio, vecindad y destino común. Doy gracias a Dios por la acogida ofrecida a tantos refugiados en los que Cristo está presente, y por la enorme red de solidaridad creada. La bondad existe y la hemos experimentado… Como católicos, seamos acogedores y sensibles hacia la comunidad greco-católica y ortodoxa de ucranianos que viven entre nosotros y ayudémosles para que puedan recibir a sus familiares y amigos refugiados.
Desde el inicio de la guerra, me ha conmovido la belleza y profundidad de una canción, la “Oración por Ucrania”, un canto bellísimo que se puede encontrar en youtube interpretado por niños. La letra es de Oleksandr Konysky (1836-1900) y la música es obra del gran compositor Mykola Lysenko (1842-1912), considerado el padre de la música clásica de la moderna Ucrania. No dejéis de escuchar y meditar esta “Oración por Ucrania”, el himno espiritual de los ucranianos, que cantan como canto final en muchas eucaristías las Iglesias greco-católica y ortodoxa:
“Боже великий, единий, Нам Украину бережи, Волі і світу лучами Ти її осіни…” (Bozhe velykyi, yedynyi, Nam Ukrainu khrany, Vuele y svitu prominniam, Ty yii osiny…).
“Señor, Grande y Todopoderoso, protege a nuestra amada Ucrania; bendícela con la libertad y la luz, que brotan de tus santos rayos.
Con aprendizaje y conocimiento ilumina a tus pequeños hijos; y haznos crecer, Señor, con amor puro y eterno.
Te rogamos, Señor todopoderoso, que protejas a nuestra amada Ucrania; da a nuestro pueblo y al país, tu bondad y tu gracia.
Bendícenos con la libertad, bendícenos con la sabiduría; guíanos hacia un mundo bueno; bendícenos, Señor, con la bienaventuranza por siempre y eternamente.”