El Obispo Josep-Lluís Serrano presidió, el domingo día 1 de junio, la misa vespertina en la Catedral de Santa María de Urgell, acompañado del Cabildo Catedralicio, de los sacerdotes y también de diáconos, de la ciudad y de otros lugares de la diócesis, que quisieron participar con él en la que fue su primera misa como obispo diocesano de Urgell. La Catedral se llenó de fieles que quisieron participar en la celebración, venidos de parroquias del Alt Urgell, la Cerdanya y de Andorra, encabezados por el Alcalde de la ciudad de La Seu d’Urgell y representantes del consistorio y de otras autoridades.
Monseñor Serrano, en su homilía, glosó las lecturas de aquel domingo de la Ascensión del Señor, recordando el mandato y el don prometido por el Padre, según el Evangelio de Lucas 24, 46-53. Monseñor Serrano remontó al obispo San Justo, que ya invitaba a vivir nuestra vida con intención de santidad, y recordó que, aunque somos diversos, todos somos hijos de la misma Iglesia urgellense. Animó a los presentes a construir Iglesia diocesana, buscando la unidad, construyendo la comunidad de Urgell; y a hacerlo manifestando la obra de Cristo en nuestros valles desde el Urgell, la Noguera y parte de la Segarra, los Pallars, los Valles de Andorra, el Valle de Arán, la Cerdanya y el Valle de Ribes, porque los fieles estamos llamados a hacer presente que Cristo no abandona a la Iglesia.
Al finalizar la celebración, el Rector de la Parroquia de Sant Ot, y también Canónigo, Mn. Ignasi Navarri, quiso manifestar el agradecimiento por el acompañamiento que ha hecho el Arzobispo Joan-Enric, en los últimos 24 años de la Diócesis y, al mismo tiempo, la felicitación a Monseñor Serrano, por el inicio de su pontificado, poniendo a su disposición y atención la Catedral. Monseñor Serrano respondió con un agradecimiento, a su vez, a todos los presentes por aquella primera celebración como obispo diocesano de una Sede episcopal milenaria.