Conclusión
Terminamos con las mismas palabras con las que el Santo Padre cierra su Mensaje: «No perdamos la esperanza, y oremos juntos a Dios, Padre de todos, para que nos ayude a ser, a cada uno en primera persona, hombres y mujeres capaces de relaciones fraternas; y para que, en el ámbito social, político e institucional, crezcan la comprensión y la estima recíproca entre los pueblos y las culturas. Invoquemos con el Papa la intercesión de María Santísima Stella maris.
16 de Enero de 2011
Los Obispos de la Comisión Episcopal de Migración