Los valores de los Juegos Olímpicos y del Olimpismo

Los Juegos Olímpicos de París 2024, oficialmente conocidos como los Juegos de la XXXIIIª Olimpiada, que se inician esta semana, serán un evento multideportivo internacional que se llevará a cabo entre el 26 de julio y el 11 de agosto en la ciudad de París. Los Juegos Olímpicos son algo más que una competición deportiva global; representan un conjunto de valores fundamentales que reflejan la visión del Olimpismo, un movimiento que busca promover una mejor sociedad a través del deporte. Poco se sabe que su creador en los tiempos modernos, el barón Pierre de Coubertin (1863-1937), tuvo como guía espiritual al fraile dominico Henri Didon (1840-1900) que fue el creador del famoso lema: “citius, altius, fortius” (más rápido, más alto, más fuerte). Últimamente se añade “communiter” (más fraterno), incluyendo “la fraternidad deportiva” inspirada en los valores cristianos. No es porque sí que el escritor André Maurois (seudónimo de Émile S.W. Herzog, 1885-1967) decía que «el verdadero espíritu deportivo participa siempre del espíritu religioso». Y el Papa el pasado enero reflexionaba sobre que “el deporte puede construir puentes, derribar barreras y promover relaciones pacíficas… El deporte es un medio para expresar los propios talentos, pero también para construir la sociedad. De hecho, el deporte nos enseña el valor de la fraternidad. No somos islas. En el campo, no importa el origen, la lengua o la cultura de una persona”.

¿Y cuáles son esos valores a destacar?

  • La excelencia en el rendimiento deportivo, pero también en el máximo esfuerzo en todos los ámbitos de la vida. Los atletas olímpicos aspiran a dar lo mejor de sí mismos, tanto en el entrenamiento como en la competición, demostrando dedicación, disciplina y compromiso constante con la mejora personal.
  • La amistad es un valor central que promueve la comprensión mutua y el respeto entre los participantes de diversas culturas y nacionalidades. Los Juegos Olímpicos proporcionan una plataforma única para la interacción cultural y la construcción de relaciones duraderas entre atletas de todo el mundo.
  • El respeto que implica apreciar no sólo las normas y reglas de la competición, sino también a los demás participantes, espectadores y el entorno. Se fomenta el juego limpio, la igualdad y la diversidad, esenciales para mantener la integridad de los Juegos Olímpicos y la armoniosa convivencia entre todos.

El Olimpismo es toda una filosofía de vida que exalta y combina de forma equilibrada las cualidades del cuerpo, la voluntad y la mente. Este movimiento se basa en la creencia de que el deporte puede contribuir a la construcción de un mundo mejor y más pacífico, educando a niños y jóvenes a través del ejemplo y la práctica de los valores olímpicos. Por eso el Olimpismo promueve la educación a través del deporte, creyendo que ésta es una herramienta poderosa para el desarrollo personal y social. A través de programas educativos y de iniciativas comunitarias, el movimiento olímpico trabaja para inculcar los valores de la Excelencia, Amistad y Respeto en las generaciones futuras. Uno de sus objetivos fundamentales es contribuir a la paz mundial, y a que los Juegos ofrezcan una oportunidad única para la diplomacia y la cooperación internacional, demostrando que es posible competir con intensidad y, al mismo tiempo, mantener una actitud de respeto y compañerismo. Vivamos los próximos Juegos Olímpicos como una celebración de valores universales que intentan inspirar a la humanidad para lograr una convivencia más armónica y pacífica.

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