En estos meses de abril y mayo los ciudadanos de nuestra Diócesis de Urgell estamos llamados a emitir nuestro voto, en muchas elecciones de participación política. Ya hemos celebrado las elecciones al Consell General o Parlamento del Principado de Andorra (7 de abril) y en las de Cortes Españolas el pasado domingo (28 de abril). Y pronto, el 26 de mayo, tendremos las elecciones municipales a los Ayuntamientos y al Conselh Generau d’Aran, así como al Parlamento Europeo, que parece distante pero que luego tiene mucha importancia para la legislación de las naciones que formamos la Unión Europea. Podríamos cansarnos de tantos procesos electorales, es cierto, y abandonar nuestras responsabilidades de ciudadanos en una abstención «indiferente» a las necesidades. La plaga de la indiferencia, de la que habla el Papa Francisco.
Al contrario, os animo a informaros bien, a no votar sólo por emotividad o atendiendo a polémicas llamativas, sino después de reflexionar y buscando las personas más valiosas y los programas que mejor aporten compromiso hacia nuestros valores cristianos. O por lo menos, los menos contrapuestos. Ya sé que no es fácil, y estamos escarmentados. La política actual, según muchos analistas, se ha hecho odiosa porque vive a golpe de tuits, de populismo, de sentimientos, y no es éste el camino. En Cataluña todo se complica aún más, y parece que cuesta cambiar el rumbo de la confrontación y encaminarnos hacia el diálogo real y la participación de todas las sensibilidades en el bien común que nos debe unir en proyectos de justicia, de servicio, de solidaridad y de paz social.
Hace poco un artículo interesante daba las 10 claves del Francisco para la participación de los cristianos en la política. Era de Ary Waldir Ramos Díaz, corresponsal de «Aleteia» y antiguo profesor de comunicación en la Univ. Gregoriana de Roma. Aporta 10 claves del Papa para entender la política y participar en ella:
1. La política también es caridad. Ante un mundo tan lleno de violencia y egoísmo, el Papa invita a los jóvenes y a todos a no «encerrarse en pequeños grupos», olvidando que «la vocación laical es ante todo la caridad en la familia, la caridad social y la caridad política» (Ch.Vivit n.168).
2. Vivir la caridad sin buscar la propaganda, ya que la política «es una de las formas más preciosas de la caridad», porque busca el bien común e ilumina las «relaciones sociales, económicas y políticas» (Ev.G. 205), además de superar el proselitismo y la propaganda.
3. Ser levadura de la política. Se trata de que los católicos sean este pequeña «levadura de las bienaventuranzas y el amor fraterno» en cada sociedad y «suscitar transformación, estupor y compasión» (Catedral de Rabat, 31/3/19). «Ser levadura de valores» especialmente en el ámbito de la cultura y de lo social. Y así juntos, poder renovar el entusiasmo del pueblo a través de la entrega hacia causas desinteresadas y que toquen la vida de los miembros de la comunidad.
4. Aceptar ensuciarse las manos. «Hoy se necesitan profetas de esperanza», que no tengan «miedo de ensuciarse las manos» (23/11/19). Una invitación para que hombres y mujeres busquen el diálogo en la política, a la manera de Jesús, «con un amor ferviente y desinteresado, sin cálculos y sin límites, respetando la libertad de las personas». (Continuará)
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