La comunidad de residentes y trabajadores de la residencia de San José de La Seu d’Urgell y la Comunidad de las Religiosas Hermanitas de los Ancianos Desamparados celebraron con mucho gozo y acción de gracias el 25 aniversario de la profesión religiosa de la Hna. Justina Muñoz, miembro de la comunidad de La Seu d’Urgell. Fue el día 13 de mayo, memoria de la Virgen de Fátima, dentro de la Eucaristía pascual que presidió el Arzobispo de Urgell Joan-Enric y concelebró el Cura de la residencia, Mn. Ignasi Navarri, Vicario General.
Después de la homilía, la Hna. Justina renovó su entrega a Dios y a la Iglesia, con los votos de pobreza, castidad y obediencia, dentro del carisma de la Congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, fundada por Sta. Teresa de Jesús Jornet.
Después el Arzobispo le puso en la cabeza una corona de flores y le notificó, leyéndola, la bendición que el Santo Padre Francisco le había hecho llegar.
En su homilía, el Arzobispo destacó que dentro del gozo pascual, correspondía en ese día un gozo particular porque una hija de la Iglesia, Sor Justina, se había entregado con toda fidelidad a Cristo Resucitado, para manifestar la vida del Espíritu, especialmente en el servicio a los ancianos y personas desvalidas. Las lecturas destacaban ese día que los cristianos deben ser testimonios valientes de la resurrección de Cristo, el que es el Camino, la Verdad, y la Vida, el único que lleva al Padre. Todo lo que hagamos por los hermanos, no quedará sin recompensa. Éste es el gozo de una virgen consagrada y a la vez el gozo de la comunidad cristiana que descubre en ella la eficacia del amor divino, que todo lo puede.
Jornada de fiesta para todos los residentes y trabajadores que en tiempos de pandemia no han podido celebrar, como hubieran querido, muchas fiestas de comunión.