Jornadas en Montserrat de los sacerdotes y diáconos de Sant Feliu de Llobregat

Los sacerdotes y diáconos del obispado de Sant Feliu de Llobregat participaron en las XIX Jornadas Diocesanas de formación y espiritualidad que, un año más, tuvieron lugar en el Monasterio de Montserrat. Durante los días 19, 20 y 21 de febrero pasado se profundizó el sentido pastoral y ministerial del lema diocesano de este año, SOMOS LLAMADOS. LLAMADOS A SER PUEBLO.

El primer día, el prior de Montserrat, el P. Bernat Juliol, predicó una meditación para un rato de retiro espiritual. El monje benedictino presentó la figura de san Pablo como aquél que fue transformado por el encuentro con Jesús, concretó la necesidad de que el sacerdote o diácono sea aquel donde todo el mundo pueda encontrar a Cristo. Ejemplos y testimonios de la proximidad del Señor. Según el P. Juliol “hay que hacer notar la conveniencia de transmitir el mensaje con alegría y compasión, transparentando el amor de Dios en la reconciliación. Los textos de San Pablo también fueron una gran enseñanza para que se pueda ayudar a discernir a aquellos que quieran responder a las grandes cuestiones en su vida”.

Por la noche, fue ocasión de dialogar con el obispo Agustí y contrastar las dificultades y los grandes retos de la situación de la Iglesia actual como instrumento de presentar a Cristo como novedad transformadora.

Al día siguiente, el martes 20 de febrero, fue Mons. Joan-Enric Vives, Arzobispo de Urgell el que recogió en las enseñanzas del papa Francisco las dos propuestas que son muy pertinentes para la vida y el ministerio del sacerdote: es necesario que haga un cambio de mentalidad para salir en misión, no tanto esperar a que la gente venga, y un cambio en el sentido del testimonio, no convencer por imposición sino reunir a nuevos miembros para las comunidades cristianas por atracción.

El arzobispo Joan Enric Vives volvió a recordar que el pastor es el que debe ir a veces delante, algunas veces detrás, y muy a menudo en medio, en medio del rebaño.

Después propuso una especie de examen de conciencia de seis puntos para ejercer el ministerio pastoral:

  1. Un trabajo más pastoral y no tan administrativo.
  2. Una actitud más proactiva que reactiva, buscando el bien de los fieles.
  3. Que los fieles laicos tomen el compromiso de ser misioneros.
  4. Un verdadero criterio de discernimiento pastoral teniendo en cuenta las distintas instituciones de Consejo de la diócesis. La famosa sinodalidad.
  5. Una actitud del presbítero o diácono que apoye y promueva la misión de los fieles.
  6. Favorecer el sentimiento de pertenencia a la Iglesia.

Todo esto concretado al ser personas del diálogo y de la misericordia.

Estas lecciones de vida teóricas las concretó el arzobispo Joan-Enric en la conversación sincera que ofreció a los sacerdotes y diáconos, al día siguiente, es decir, el miércoles 21 de febrero.

No faltó en las Jornadas, el diálogo con el P. Abad de Montserrat, Manel Gasch, quien informó del milenario del Monasterio que empezará a conmemorarse a partir del 8 de diciembre y durante todo el año 2025.

Las Jornadas han permitido sobre todo enriquecer la convivencia fraterna entre el clero y renovar la comunión con el obispo, pastor y maestro, y entre ellos; asimismo, poder disfrutar de la liturgia benedictina del Monasterio de Montserrat.

Fotos: Obispado de Sant Feliu de Llobregat

Compartir