El Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, presidió el día 1 de mayo, en la Parroquia de Sant Julià de Lòria (Principado de Andorra) la celebración eucarística en la que se bendijo una representación de la Virgen de Canòlich, realizada por la artista portuguesa Margarida Cepeda, que le ha donado al Santuario de Nuestra Señora de Canòlich, y se recibió una talla de la Virgen de los años 40 del siglo XX, que ha sido donada para su adoración a la iglesia parroquial por la familia Marfany de Sant Julià, que la ha custodiado en los últimos años. Con estos actos, se iniciaban las celebraciones de los 800 años del hallazgo de la Virgen románica, que la leyenda popular sitúa en el lugar donde se encuentra ahora el actual santuario.
A lo largo del mes de mayo se llevarán a cabo diversas actividades con motivo de esta celebración, que lleva por título «Virgen de Canòlich, 800 años hermanando», y que tiene su punto álgido en la celebración de la romería de la Virgen María, que se llevará a cabo el sábado 27 de mayo. Además, y con motivo de esta efeméride, se ha preparado un cortometraje, que con el nombre de Tiritas, pondrá de relieve el valor de buscar fórmulas para resolver los conflictos que se presentan en la vida de las personas. El cortometraje se presentará al público el próximo 1 de junio por la noche.
Los actos del día 1 se iniciaron con la presentación del libro “Petita història de Canòlich” con dibujos de Pilarín Bayés y texto de Jordi Pasques. El libro se repartirá de forma gratuita a todos los cabezas de familia.
Posteriormente tuvo lugar la Eucaristía, en la Parroquia de Sant Julià, fue presidida por Mons. Vives y concelebrada por el Rector de la Parroquia, Mn. Pepe Chisvert y por el Secretario general, Mn. David Codina. Asistieron los miembros de la Corporación comunal, encabezados por los Cónsules Mayor y Menor, Hble. Josep Mayoral y Hble. Sra. Mireia Codina; el Excmo. Sr. Carles Álvarez Marfany, Embajador de Andorra ante la Santa Sede; Consejeros Generales naturales de la Parroquia y muchos fieles y familias destacadas de la parroquia.
En su homilía el Arzobispo Joan-Enric glosó las lecturas proclamadas de la Palabra de Dios: María sube decididamente a la montaña y visita a su pariente Isabel. La Virgen María, bajo la advocación de Canòlich, también nos visita a nosotros y nos hace subir a la montaña, al Santuario de Canòlich. La Virgen María es una Virgen María “montañera”, como dijo la Sra. Pilarín Bayés, en la presentación del libro que ha hecho sobre la historia de Canòlich, al quien le gusta la montaña. Y es una Virgen María que nos da a su Hijo: no se le queda egoístamente para ella, sino que lo da. María nos da a Jesús y todos los devotos de Canòlich, y todos los cristianos, lo honramos este mes de mayo, mes de María, como Madre de Dios, consuelo de los afligidos, refugio de los pecadores. Finalmente, el Arzobispo animó a los fieles de Sant Julià a ser muy devotos de la Virgen María porque ella nos enseña a amar de una forma abierta y recordó como la Parroquia de Sant Julià de Lòria siempre ha sido una parroquia abierta y acogedora, como lo fue por San Josemaría Escribà de Balaguer. Además, María nos enseña a orar. Finalmente, el Arzobispo agradeció la donación de la imagen de la familia Marfany y del cuadro de pintura de la autora Margarida Cepeda que serán próximamente instalados en la iglesia de Sant Julià.
La imagen de la Virgen de Canòlich donada por la familia Marfany es una talla de madera policromada de pino de 102 cm de altura, que fue cortada por Josep Arquimbau hacia 1940 y bendecida el 24 de agosto de 1941. Esta talla fue encargada por Mn. Enric Marfany Gosset, que fue acogido en Sant Julià de Lòria durante la Guerra Civil española, después de ver quemada la parroquia de la que era Rector y su propia casa. Con motivo de su gran agradecimiento y por una promesa a la Virgen de Canòlich, a la que se encomendó al huir de Barcelona en 1936, dio la talla a la parroquia de San Julián y San Hermano. Mn Marfany había estado presente en los actos de celebración de los 700 años del hallazgo de la Virgen, donde se había puesto de manifiesto la añoranza de los lauredianos de su Virgen, que tenían muy alejada, en el Santuario, donde era inaccesible para enfermos y mayores. Esta talla ha sido durante muchos años la talla que habían adorado y con la que han rezado cientos de personas de Sant Julià en los últimos decenios, hasta que Mn. Argelagós encargó una copia de la Virgen románica para dejarla en el Santuario y bajó la original a la parroquia por razones de seguridad. Entonces, fue cuando la familia Marfany pasó a custodiar a la Virgen que el día 1 de mayo regresó a la parroquia, donde ocupará un lugar propio.
Al final de la Misa se bendijo el cuadro de pintura de la autora Margarita Cepeda es una obra que pretende reproducir la imagen de la Virgen de Canòlich en los 800 años de su hallazgo.