Inauguración de los frescos de Santi Moix en Seurí (Pallars Sobirà)

«Hoy es un día de alegría para la Diócesis de Urgell porque una iglesia muy antigua renace gracias al arte contemporáneo, y, como hacían los artistas del románico, también aquí la obra pictórica llena todo el interior del templo, para que nos deje prendados sólo entrar«. Así se expresaba ante los medios de comunicación el Arzobispo de Urgell, Mons. Joan-Enric Vives, poco antes de inaugurar los frescos que ha realizado el artista Santi Moix en la iglesia románica de San Víctor, en el pueblo de Seurí (municipio de Sort, Lérida). El acto inaugural tuvo lugar la tarde del viernes 16 de noviembre y fue presidido conjuntamente por el Arzobispo Joan-Enric y la Consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña, Hble. Sra. Laura Borràs. Asistieron el Alcalde de Sort, Raimon Monterde; el Alcalde de Penelles, Eloi Bergós, en representación de la Diputación de Lleida; la presidenta de la Asociación Vecinal de Seurí, Eva Tarragona, además del autor de los frescos. Mons. Vives estuvo acompañado por el Vicario general, Mn. Josep M. Mauri; el Secretario general del Obispado, Mn. David Codina; la Delegada diocesana de Patrimonio, Clara Arbués; y el Arcipreste del Pallars Sobirà y Rector de Sort, Mn. Juan Pablo Esteban.

Tanto Mons. Vives como la Consejera Borràs coincidieron en destacar la importancia de este proyecto, que relaciona el patrimonio artístico y arquitectónico con el arte contemporáneo de una manera muy singular. El Arzobispo de Urgell hizo notar que es un proyecto que pone nuestro patrimonio al servicio del pueblo, al tiempo que establece un pequeño compromiso de mecenazgo con el arte contemporáneo, «en la medida que podamos»; y asimismo, la Consejera de Cultura destacó que este proyecto es un buen ejemplo de cómo la colaboración entre diferentes entidades y administraciones puede dar muy buen resultado «cuando se trabaja bien», y comentó que la intervención de Santi Moix en Seurí «abre la puerta» a propuestas similares para que «los artistas contemporáneos nos ayuden a repensar nuestros monumentos».

También tomó la palabra el artista barcelonés para resumir cómo fue la génesis de un proyecto, que de entrada no se vio con ánimo de aceptar, «porque me parecía muy complejo, pero después estuve pensando durante bastante tiempo qué podría decir si aceptara el encargo, hasta que me di cuenta que era una muy buena ocasión para que la iglesia se convirtiera en una especie de jardín de las maravillas que explicara a través de la pintura el lugar donde está situada». Es así como Moix quiso expresar con su arte «la relación entre Dios y su Creación», la cual simbolizó de manera principal en la gran flor de cerámica que ocupa el ábside, los pétalos de la que se van repitiendo de manera sutil en la decoración de las capillas laterales y de las paredes del templo, como una especie de leit motiv del conjunto pictórico.

La inauguración de los frescos de la iglesia de San Víctor culmina un gran proyecto pictórico de puesta en valor del patrimonio arquitectónico a través del arte contemporáneo de primer nivel. Un proyecto que comenzó en 2015 a iniciativa de los vecinos de Seurí y que se ha llevado a cabo con la coordinación desde el territorio del Ayuntamiento de Sort y el Obispado de Urgell, que han velado por la correcta realización de las obras, tanto de la parte artística como de la parte de acondicionamiento del edificio y de sus acabados finales.

Ha sido una intervención compleja que ha contado con la participación de una veintena de profesionales de diferentes disciplinas (estucadores, ayudantes de pintor, conservadores-restauradores, albañil, ceramista y ayudantes de ceramista, electricistas, pintor, iluminador especialista, arquitectos, y profesionales del ámbito audiovisual), coordinados técnicamente por profesionales especialistas del Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat de Cataluña y del Servicio de Patrimonio Arquitectónico de la Dirección General del Patrimonio Cultural del Departamento de Cultura.

El conjunto de las acciones llevadas a cabo en el marco del proyecto de recuperación de la iglesia de Seurí han centrado en dos ámbitos de actuación: la obra pictórica del artista y las acciones de mejora y acondicionamiento general iglesia. Estas últimas han consistido en un nuevo proyecto lumínico y en la restauración de los bienes muebles integrados en el edificio, además de la realización de un altar y una peana para la imagen de San Víctor. El proyecto ha sido financiado prioritariamente por el Departamento de Cultura y la Diputación de Lleida, y también el Ayuntamiento y el Obispado, con los vecinos.

En cuanto a la intervención artística, el planteamiento inicial de Santi Moix consistió en la unión de espiritualidad y naturaleza como punto de partida para reinterpretar escenas de la tradición cristiana desde el prisma de la belleza del entorno y del paisaje de la iglesia: «las iglesias de montaña muestran el paso del tiempo en sus paredes. Son muchas las veces que me he quedado curioso observando las manchas de diversos colores que las humedades han creado. El pensamiento que tengo siempre en presenciar las superficies afectadas es: «.

La intervención artística comenzó en otoño de 2015, en una primera fase que centró el proceso creativo en el ámbito del altar, sus paredes, las claves de bóveda y las capillas laterales sur. Durante la segunda fase, iniciada en noviembre de 2016, el artista finalizó su obra a las cuatro medias vueltas, las pilastras y en la capilla lateral norte. La obra se completó este año con la colocación en el altar de la iglesia de una majestuosa flor de porcelana que el año 2017 ya fue presentada como primicia en la exposición «Saurí el Palau de la Música catalana».

Para la realización del proyecto, Santi Moix ha empleado la pintura al fresco, una técnica pictórica propia de la pintura románica, con la que ha podido desarrollar perfectamente su estilo contemporáneo. Asimismo, la pintura mural al fresco es una técnica pictórica propia de la arquitectura, perdurable en el tiempo que, en el caso de Seurí, liga la tradición pictórica de las iglesias románicas del Pirineo con la estética contemporánea del artista de una manera muy especial.

Este nuevo registro pictórico contemporáneo es, por tanto, de un elevado interés artístico, tanto por el reconocido estilo del artista como por el interés de la técnica tradicional ligada a una estética contemporánea. Todo el interior de la iglesia adquiere una nueva dimensión y nos aproxima a la sensación que deberían tener los habitantes de los valles pirenaicos cuando entraban en unos templos arrabossats, de pinturas murales coloridas. Se pretende pues con esta obra recuperar la esencia de estos espacios desde una óptica contemporánea que pueda ser un reclamo más para los visitantes de la zona.

Se prevé que la iglesia permanecerá abierta de forma habitual durante los fines de semana a partir del próximo mes de marzo, y en demanda para grupos. Para aquellos que quieran visitar la iglesia antes de la primavera, se han organizado dos jornadas de puertas abiertas para los días 22 y 29 de diciembre. Toda la información sobre las visitas a la iglesia estará disponible en la web www.esglesiaseuri.cat

 

SANTI MOIX Y SU VÍNCULO CON SEURÍ
Santi Moix nació en Barcelona en 1960. A los 26 años viajó a Nueva York, donde ha vivido los últimos 30 años. Es un creador polifacético que ha trabajado en numerosas disciplinas: escultura, dibujo, pintura … Su obra transita entre la abstracción y la figuración, desempeñando un papel relevante la naturaleza y la relación del hombre con esta. Ha realizado exposiciones en todo el mundo, y su obra ha entrado a formar parte de las colecciones de importantes museos de arte contemporáneo.

Su vínculo con el pueblo de Seurí se remonta, como él mismo recuerda, bastantes años atrás, «cuando todavía era un preadolescente. Mis padres compartieron casa Tonya con siete familias más del grupo scout. Era la primera casa del pueblo que arreglaban unos forasteros. Un apartamento de 50 metros cuadrados para cada familia, una gran sala comunitaria y un refugio en las cuadras de la casa, donde los alumnos de la escuela Aula acudieron cada invierno durante muchos años. Seurí ha convertido en un lugar de encuentro entre los pocos campesinos que permanecen y aquellas familias del grupo scout Virgen de la Paz que fueron rehacer casa Tonya y otras casas del valle. Seurí es un lugar de convivencia y paz en una naturaleza fabulosa. Allí mi padre me hacía pintar día y noche, mientras los de mi edad jugaban. Ponía el caballete en medio de un prado o hacía apuntes mientras ordeñaban las vacas, y hacía carbones y aceites sin parar «.

Es por esta estrecha relación que fue «maravilloso recibir la propuesta de los vecinos de Seurí y tener la oportunidad de realizar un proyecto artístico de las características de la iglesia de San Víctor. Un sueño para cualquier artista visual. Tener un vínculo muy íntimo con el pueblo y su gente y crear una obra de calidad hacen que me arriesgare a intentarlo «.

 

UN ESTALLIDO DE LUZ Y COLOR

La iglesia de San Víctor de Saurí, como otras del Pirineo, es un exponente de la sensibilidad artística a través de los siglos. Ha sido un referente para sus habitantes y guarda algunos de los mejores recuerdos y vivencias de la comunidad. Es por eso que ha sido un auténtico reto conseguir que una pequeña iglesia de montaña, a través de la intervención pictórica del artista Santi Moix, traslade al visitante una intensa experiencia estética y espiritual a la vez.

Moix ha sido capaz de captar los colores del entorno, plasmándolos en su creación, haciendo del interior del templo un lugar privilegiado para la admiración y la contemplación, donde parece que la materia haya desaparecido y únicamente reste la armonía el color, la belleza, la luz, y el misterio.

La iglesia es un lugar de recogimiento y de celebraciones litúrgicas, el arte de su interior nos eleva hacia los trascendente, hacia la belleza infinita, y es en este espacio único que el conjunto pictórico busca «unir espiritualidad y naturaleza y reinterpretar escenas de la tradición cristiana desde el prisma de la belleza del entorno y del paisaje de la iglesia «, según explica Moix.

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