El día 12 de marzo el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la fiesta del Patrón del Cuerpo de Bomberos del Principado de Andorra, San Juan de Dios. El acto central de la Jornada fue la celebración de la Eucaristía en la iglesia de Sta. Paloma de Andorra la Vella, donde se hizo memoria del Patrón de los Bomberos. La Eucaristía fue concelebrada por el Arcipreste de los Valles de Andorra y Rector de Andorra la Vella, Mn. Ramon Sàrries, y Mn. David Codina. Asistió el Jefe de Gobierno, M.I. Sr. Xavier Espot; la Subsíndica General, M.I. Sra. Sandra Codina; la Ministra de Justicia e Interior, M.I. Sra. Ester Molné; el Presidente del Consejo Superior de de la Justicia, M.I. Sr. Josep M. Rosell y el Director del Cuerpo de bomberos, Jordi Farrè, entre otras muchas autoridades así como otras fuerzas y cuerpos de seguridad y servicio del Principado de Andorra y países vecinos que se unieron a la fiesta de los Bomberos.
En su homilía el Arzobispo Vives destacó la figura de San Juan de Dios, enfermero y fundador de la Orden Hospitalaria. San Juan de Dios, después de oír predicar a San Juan de Ávila, sufre tal conmoción espiritual que empieza a gritar hasta que lo toman por loco y es ingresado en el Hospital Real donde sufre el trato que en aquella época se daba a las personas enajenadas: celdas oscuras, esposados, tratados con azotes, baños por sorpresa, exorcismos o cadenas. Durante su cierre toma conciencia de su misión: “Jesucristo me dé tiempo y gracia para tener un hospital donde pueda recoger a los pobres desamparados y faltos de juicio y servirles como yo deseo”. En Granada, entre 1538-1539, Juan de Dios fundó su primer hospital, revolucionario para su época por el trato y el rescoldo humano que los enfermos recibían de Juan y sus compañeros. Era un hospital pionero en la actividad asistencial, puesto que fue el primero en separar a los pacientes según el tipo de enfermedad que sufrían y destinó una cama para cada enfermo. Además, es Patrón del Cuerpo de Bomberos por su actuación durante la extinción de un incendio declarado en el Hospital Real de Granada, del que logró sacar ilesos a todos los enfermos que se encontraban en su interior.
Glosando las lecturas de la Palabra de Dios animó a los fieles a ser «buenos samaritanos» de los hermanos y a saber amar «con obras y hechos, de verdad, y no sólo de palabra» y puso la figura de San Juan de Dios como una concreción de ese amor hacia los hermanos que Jesús predica. Animó a saber detenernos y estar atentos a las necesidades de los hermanos, deteniéndonos sin indiferencia, ante un mundo que predica la inmediatez y la rapidez y que puede resultar frío e insensible. Por último, Mons. Vives tuvo unas palabras de agradecimiento para los bomberos que este año recibirían su medalla y distinción por su jubilación o años de servicio al Cuerpo y también por los integrantes del VPC Andorra Rugby XVI que fue creado hace 60 años, en 1963. Las siglas VPC responden a un espíritu. Significan Voluntarios de Protección Civil. La idea originaria fue ponerse a las órdenes del jefe de bomberos y al servicio del país para, cada vez que fuera necesario, colaborar en las diferentes tareas de la protección civil: apagar fuegos, búsqueda de desaparecidos, socorro en la montaña , colaboración en el servicio de orden (llegada del Tour, visita de los copríncipes, etc..) y acompañamiento sanitario. Aunque en la actualidad el país cuenta con una eficaz estructura de Protección Civil, el club sigue en su firme voluntad de colaborar siempre que sea necesario.
Terminada la Eucaristía, las Autoridades se desplazaron hasta el Cuartel de los Bomberos de Santa Coloma, donde tuvo lugar el acto institucional con parlamentos del Director del Cuerpo, de la M.I Ministra de Justicia e Interior, y del M.I. Jefe de Gobierno, así como la distinción a los agentes jubilados oa quienes celebraban 25, 50 o 15 años de servicio en el Cuerpo.