La tradicional fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Corpus Christi, se celebró el domingo 2 de junio en toda la diócesis, y también, en la Catedral de Santa María de Urgell, presidida por el Arzobispo de Urgell, Mons . Joan-Enric Vives. En muchas parroquias tuvo lugar un Acto eucarístico o una Procesión por las calles del pueblo, prolongación de la Eucaristía, con el deseo de que el Señor visite con su presencia salvadora todos los rincones de la vida diaria.
En la parroquia de Encamp, en el Principado de Andorra, se recuperó la procesión, que hacía muchos años que no se ha llevado a cabo, con una Custodia de especial relevancia.
En la Catedral de Sta. María de La Seu d’Urgell, el Arzobispo Joan-Enric, acompañado del Vicario General y Rector, Mn. Ignasi Navarri, de Mn. David Codina y del diácono permanente Mn. Antoni M. Serra y los seminaristas, los niños de la 1ª Comunión y los fieles asistentes, presidió al mediodía la solemne Eucaristía y la procesión que salió del templo Catedralicio hasta llegar a la Plaza dels Oms, donde participaron un buen grupo de niños que este año habían recibido su primera comunión, y los Armats de la ciudad que acompañaron al Señor en procesión con sus toques, y los Gigantes de la ciudad, Ot y Urgell.
En su homilía, Mons. Joan-Enric habló del gran misterio del Cuerpo y la Sangre de Jesús, presencia real y nueva alianza que el Señor nos ha dejado. Jesús nos da su Cuerpo y Sangre y nos acompaña. Pidió a los fieles creer en el gran regalo que Cristo nos ofrece ofreciéndose a sí mismo por amor a los hermanos bajo las especies sacramentales del pan y del vino. Así como la alianza de los esposos es signo de su amor matrimonial y de las promesas que un día se van haciendo el uno al otro, de amarse y honrarse, en la fidelidad, toda la vida, la nueva alianza del Señor es su Cuerpo y su Sangre que cada vez que celebran la Eucaristía se hace presente de una forma muy real. Por eso Mons. Vives animó a amar la Eucaristía, a participar semanalmente y valorar la presencia de Jesús Eucaristía en el sagrario. Una Eucaristía que nos lleva necesariamente al amor fraterno y en este sentido recordó cómo Cáritas nos está recordando que cada vez hay más pobres entre nosotros a los que debemos ayudar.
Al terminar la Eucaristía tuvo lugar la procesión con el Cuerpo de Cristo por la Catedral hasta la plaza de los Oms en un gran clima de respeto y devoción, mientras los armados acompañaban con sus tambores y se intercalaban cantos eucarísticos, y los niños acompañaban el paso del Señor arrojando flores y pétalos por el camino donde debía pasar. En el centro de la plaza, que lucía con su bella austeridad románica, tuvo lugar una sencilla “statio” con la bendición desde allí con el Santísimo Sacramento hacia todos fieles de La Seu y de toda la Diócesis de Urgell y, especialmente, los enfermos y quienes pueden pasar por momentos de dificultad. Los niños de la primera comunión hicieron unas oraciones directas a Jesús y una joven cantó el canto eucarístico meditativo «Anima Christi».
Al final de la procesión el Arzobispo bendijo al Pueblo de Dios con el Santísimo Sacramento y agradeció a todos los que con su esfuerzo habían hecho posible el acto eucarístico.
Como novedad, la parroquia de Encamp, en el Principado de Andorra, recuperó la procesión de Corpus Christi 60 años después de que se hiciera la última. El Rector de Santa Eulalia de Encamp, Mn. Antoni Elvira, la presidió, y salió de Sant Miquel de La Mosquera, recorriendo unas calles enmoquetadas con serrín de colores, hasta la calle Mayor, siguiendo la Cruz Procesional del siglo XV, y la Custodia llevada por Mn Antoni, una pieza de gran valor datada en 1755.