El día 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen, el Arzobispo de Urgell presidió la Eucaristía que reunió las Religiosas de la Comunidad de Carmelitas de San José de la Residencia de la Inmaculada (Tartera en Prats i Sansor , comarca de la Cerdanya) y muchos devotos de Alp y otros lugares de Cerdanya. Concelebró el Cura de la Residencia Mn. Enric Bonet.
Fue una celebración gozosa y emotiva, al final de la cual fueron bendecidos los escapularios que se distribuyeron a los devotos, para que los protegiera y se remarcara su filiación de María, Madre de la Iglesia desde la Cruz del Señor. El Arzobispo comentó esta página del cuarto Evangelio de María, Madre del discípulos, y recibida por el discípulo que Jesús amaba, que fue proclamado en su fiesta. Asimismo, la lectura que presenta el profeta Elías visionando la llegada de la fecundidad de la lluvia después de la gran sequía, a través de una pequeña nube sobre el mar, que hace referencia a María que nos trae la lluvia de la salvación que viene por Cristo. Y aún con la segunda lectura hablando de la Encarnación de Jesús «nacido de una mujer bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley», haciendo posible con el sí liberador y comprometido, la llegada de la Paz de Cristo a toda la humanidad caída.
El Arzobispo remarcó el ideal de los Carmelitas de «vivir en obsequio de Jesucristo» que las Religiosas Carmelitas de San José y todos los devotos de la Virgen del Carmen podemos y debemos vivir, adaptándolo en nuestros compromisos y situaciones personales. Rezaron también por los marineros y la gente vinculada al mar, así como por todos los Carmelitas de todo el mundo, y las necesidades de nuestras familias.
Un desayuno de chocolate con torta preparada por las Hermanas puso alegría y aliñó la conversación entre todos los fieles, la comunidad, el mosén y el Arzobispo.
