El domingo 20 de diciembre, el Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, Mons. Joan-Enric Vives, presidió la Misa exequial en la Parroquia de St. Julià de Lòria (Principado de Andorra) de quien fue Jefe de Gobierno del Principado de Andorra, M.I. Sr. Òscar Ribas Reig, junto con el Rector de la Parroquia, Mn. Pepe Chisvert y el Jefe de Gabinete y Secretario general Mn. David Codina.
La Eucaristía contó con las restricciones de asistencia obligadas por la pandemia actual, sólo con los familiares más cercanos, pero pudieron estar presentes las máximas autoridades del país, el M.I. Jefe de Gobierno, Sr. Xavier Espot y la M.I. Síndica General, Sra. Roser Suñer y el Cónsul Mayor de la Parroquia, Hb. Josep Majoral.
Al punto de las 10 de la mañana, el toque de difuntos de la iglesia de Sant Juliàn y Sant Germà anunciaba la llegada del féretro acompañado por los agentes y el protocolo de un funeral de estado en el país y en el Común de Sant Julià. Seis agentes de gala cargaron el féretro a hombros tras cubrirlo con la bandera del Principado de Andorra.
En su homilía el Copríncipe Episcopal destacó cómo la Palabra de Dios proclamada en aquel domingo de Adviento hablaba del «sí» incondicional de María a Dios, que le hacía cambiar sus planes de vida para colaborar con el designio de Dios. El Arzobispo destacó cómo los cristianos deberíamos ser personas del «sí» que nos hace ir más allá de nuestros egoísmos y miedos para darnos generosamente al servicio de los demás y de Dios. Destacó cómo el ex Jefe de Gobierno, Òscar Ribas, supo ser un hombre que dijo «sí» a su familia (con su esposa y sus 5 hijos), en su pueblo (como secretario de su Común de St. Julià, de muy joven), a su Nación (siendo su Jefe de Gobierno) y en su prosperidad como abogado y empresario, pensador y hombre de reflexión. Destacó cómo el Sr. Ribas siempre se había sentido contento y satisfecho de su educación y formación en el Colegio La Salle Bonanova y cómo había sido siempre un cristiano «a la andorrana», sin aspavientos, pero con profundas convicciones manteniendo la fidelidad como esposo y padre. El Copríncipe destacó cómo había sido el Jefe de Gobierno que lealmente supo impulsar junto con los copríncipes, Joan Martí Alanis y François Mitterrand, la Constitución democrática del Principado de Andorra (1993). Fue un europeísta convencido y fue el primer Jefe de Gobierno que aceptó las obligaciones expresadas en la Carta de las Naciones Unidas y solemnemente se comprometió a cumplirlas, pronunciando el discurso de admisión de Andorra en las Naciones Unidas en lengua catalana, como país miembro. Finalmente, destacó cómo había sido siempre un hombre de Estado y de consejo para los Copríncipes, un pensador que llevaba la andorranidad en la sangre y que era capaz con sus artículos de dar claves y elementos para el presente y el futuro del País.
Finalizada la Eucaristía, sus restos mortales fueron enterrados en el cementerio de St. Julià de Lòria en la intimidad de su familia.