Eucaristía con los responsables de las Escuelas del Instituto de la Sagrada Familia de Urgell

El viernes 20 de septiembre el Arzobispo de Urgell Mons. Joan-Enric Vives presidió en la capilla de la Residencia de la Sagrada Familia de Urgell de La Seu d’Urgell una Eucaristía con los Directores, Titulares, Pastoralitas y Encargados de comunicación de las Escuelas del Instituto de la Sagrada Familia de Urgell que durante ese día habían tenido una sesión de trabajo en la Seu d’Urgell para compartir experiencias y métodos para imbuir el carisma de la Beata Ana María Janer en todos los ámbitos de las respectivas escuelas.

Participaron unos ochenta participantes con la participación de las Hermanas Consejeras del Gobierno General del Instituto, Hna. Aida López, Secretaria general y encargada de la sección de «Seu d’Urgell» y Hna. Victoria Bertran, encargada de la región de «Cervera» así como las Religiosas de la Comunidad de La Seu d’Urgell y otros fieles de la ciudad.

Los participantes provenían del Principado de Andorra y de las ciudades de Madrid, Avinyó-Barcelona, ​​Sabadell, Lleida, Matadepera, Viladecans, Masnou, Sevilla, Utrera y Guinea Ecuatorial.

En su homilía el Arzobispo Joan-Enric subrayó la importancia del laicado en el mundo educativo y la conveniencia de formarse y educarse para que «la pastoral» no sea sólo un elemento de la oferta educativa sino que imbuido de forma transversal todo el equipo humano que trabaja en las escuelas del Instituto de la Sagrada Familia de Urgell. Destacó cómo la mejor programación para un maestro-profesor es intentar vivir personalmente y hacer vivir a los alumnos el Evangelio de Jesús y destacó cómo San Pablo en la Carta a los Gálatas (5,16-17) subraya que los frutos del Espíritu son el amor, el gozo, la paz, la paciencia, la bondad, la fidelidad, la mansedumbre y la sobriedad. Animó a los educadores de las Escuelas del Instituto a saber desplegar en los niños, adolescentes y jóvenes todas sus capacidades y virtudes como un gran abanico, sin menospreciar a ninguno, y haciendo especial referencia a la importancia de abrir los niños y jóvenes a la trascendencia y al hecho religioso. Destacó cómo al Papa Francisco le gusta decir a menudo que lo esencial y carné de identidad de la vida cristiana son las Bienaventuranzas y el texto proclamado en ese día del Evangelio según Mateo, capítulo 25. Finalmente, en la memoria de los mártires San Andrés Kim Taegon, presbítero y San Pablo Chong y compañeros, laicos, mártires en Corea, destacó cómo la Iglesia de Corea a finales del siglo XIX fue capaz de mantenerse a pesar de la persecución religiosa a muchos sacerdotes y diáconos gracias al compromiso firme de muchos cristianos laicos que mantuvieron la fe y la enseñaron a las generaciones más jóvenes.

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