Encuentro institucional y cena en honor de los Reyes de España

La noche del día 25 de marzo los Coprínceps de Andorra, SE. Joan-Enric Vives y S.E. Emmanuel Macron, ofrecieron en honor a Sus Majestades el Rey Felipe VI y la Reina Letizia una cena de gala en el Andorra Park Hotel dentro de los actos de la primera visita oficial de un monarca español al Principado de Andorra.

A su llegada el Copríncipe Episcopal fue recibido por parte del Jefe de Gobierno, M.I. Sr. Xavier Espot y la Síndica General, M.I. Sra. Roser Suñé. Se reunió con el Representante personal del Copríncipe francés, M.I. Sr. Patrick Strzoda y juntos recibieron S.S.M.M. los Reyes de España.

A continuación, en la sala Canals, tuvo lugar una reunión institucional entre el Copríncipe Episcopal y el Representante personal del Copríncipe francés, y Sus Majestades el Rey Felipe VI y la Reina Letizia, en un clima de mucha cordialidad.

A continuación, en la sala Guillemó, tuvo lugar el saludo protocolario de los invitados en la cena a los Jefes de Estado del Principado de Andorra y de España, que iniciaron el Jefe de Gobierno de Andorra y la Síndica General del Consejo General, seguidos del resto de autoridades.

El inicio de la cena fue marcado por la interpretación, en directo, de los Himnos Nacionales de España y del Principado de Andorra. A continuación tuvieron lugar los parlamentos de Mons. Vives y Felipe VI.

El Copríncipe Episcopal ofreció el Discurso que se adjunta:

Discurso del Copríncipe Episcopal en la Cena Oficial ofrecida por los Copríncipes a SS.MM. los Reyes de España Felipe y Letizia

Majestades,

Señoras y Señores:

Sed bienvenidos a Andorra. S.E. el Copríncipe francés M. Emmanuel Macron y yo mismo estamos muy contentos de poder acoger esta Vuestra visita, que es la primera de unos Reyes de España a nuestro Principado de Andorra. Nos hubiera gustado mucho poderos acoger en el Palacio Episcopal de La Seu d’Urgell. Con todo, hoy recuerdo con alegría Vuestra visita, siendo Príncipes de Asturias y de Girona, en la Catedral de La Seu d’Urgell en Vuestro viaje conmemorativo de los 100 años del primer Parque Natural de España, en Aigüestortes, dentro de nuestra Diócesis. Hoy como Reyes de España nos honramos de teneros entre nosotros, y muy pronto con la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, Vos, Majestad, repetiréis Vuestra estancia en Andorra.

Nuestro Principado, un país antiguo y moderno a la vez, os acoge con los brazos abiertos. Pueblo antiguo por su historia, que se remonta al mismo Carlomagno, con el Obispo de Urgell como Señor, y luego, desde los Pareatges de 1278 firmados entre el obispo de Urgell y el Conde de Foix, como Coseñores de los Valles de Andorra. Y al mismo tiempo país moderno con una clara voluntad de proyectarse hacia el futuro, con nuevas generaciones bien preparadas. Somos «un pequeño milagro de la historia», como afirmó el Papa S. Pablo VI., milagro forjado también por la voluntad de ser y de perseverar, con la modestia y la inteligencia de los Andorranos y sus «Copríncipes defensores». Nuestra Constitución de 1993 afirma que los Copríncipes son «símbolo y garantía de la permanencia y continuidad de Andorra, así como de su independencia y del mantenimiento del espíritu paritario en las tradicionales relaciones de equilibrio con los Estados vecinos» (art. 44).

Somos vecinos y amigos de España y de Francia. Y me complace destacar las excelentes relaciones entre el Reino de España y el Principado de Andorra. Relaciones de buena vecindad, de amistad, de lealtad y de cooperación. Andorra es un país con una larga historia hecha por gente trabajadora, tenaz, montañera, orgullosa de sus raíces y de su lengua y cultura milenarias, que ama su arraigo y su destino común con Europa.

Nos conviene tener la comprensión y la ayuda de la gran Nación que Vuestras Majestades representan, para que sea exitoso el esfuerzo de apertura al exterior, que Andorra está realizando, sin renunciar a su identidad configurada por una larga experiencia histórica de independencia y de libertad. La profundización de las relaciones mutuas hará mérito a un País, como Andorra, que tiene como elementos integradores de su identidad la modestia de su pequeñez, el diálogo y el pacto, y la cultura de una paz milenaria nunca perturbada por el trauma de la guerra.

Queremos proyectarnos hacia el futuro, como país que participa responsablemente en el concierto internacional de las naciones, un país solidario y comprometido con las causas que hacen progresar la humanidad. País de paz, de diálogo y de cordura, con los rasgos configurativos del carácter andorrano -prudencia, reserva y contención- que son valores coincidentes con los valores del multilateralismo. Los valores que han asegurado la independencia y la pervivencia de Andorra a lo largo de los siglos, son los que pueden convenir a la construcción de un mundo más justo y sin desigualdades. La voz moral más respetada de los tiempos actuales, el Papa Francisco, lo recuerda en un gran texto suyo, «Fratelli tutti«, donde propone la amistad social y la fraternidad, que él mismo pone en práctica en sus viajes, como en el último a Irak. Majestades, os puedo asegurar el compromiso firme de Andorra con la fraternidad, la paz, la sostenibilidad, la defensa del medio ambiente, la preocupación por el cambio climático, el alineamiento y el compromiso de Andorra con los objetivos de la agenda 2030 de las Naciones Unidas.

También Andorra ha sido y es tierra de acogida. Lo fue especialmente en el siglo pasado, acogiendo refugiados que buscaban salvar la vida, cuando huían de regímenes que violentaban las libertades. Y ha sido tierra de acogida de muchos ciudadanos españoles, que nos han aportado su diversidad de orígenes y culturas propias, y que han contribuido mucho a la construcción, el engrandecimiento y la prosperidad de la Andorra moderna.

Deseo agradecer a Vuestras Majestades la ayuda española en tantos ámbitos (escolar, de comunicación, de sanidad…) y en este momento presente, el acompañamiento en el proceso de acercamiento a Europa. Estamos desde hace unos años en plena negociación para un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea que pueda ser favorable al desarrollo económico de nuestro Principado y que garantice nuestro futuro.

Somos un País de pequeña dimensión territorial, pero no por ello menos grande y complejo que el que lo pueda ser un país mucho más extenso. Y tenemos conciencia de nuestra pequeñez y dependencia, que nos hace ser humildes. Durante la presente pandemia, hemos sufrido, ciertamente, pero hemos visto grandes lecciones de ciudadanía, de solidaridad y de participación en las advertencias y medidas tomadas por nuestras Autoridades. Por encima del desconcierto y la desesperanza, ha ganado la voluntad de servicio, el sacrificio y la entrega de tantas y tantas personas. Agradecemos hoy las ayudas que Andorra ha recibido de las Autoridades y de muchos ciudadanos españoles, especialmente de las comarcas cercanas. cercanas. Y también constatamos la buena colaboración andorrana y de nuestro Hospital Ntra. Sra. de Meritxell con los trabajadores españoles tansfronterizos y las comarcas vecinas de Catalunya en su conjunto. Agradecemos especialmente las vacunas cedidas por España, y desearíamos que las vacunas pudieran llegar a todos los rincones, a todos los ciudadanos del mundo, también a los más desfavorecidos.

Dentro de un mes, celebraremos el Encuentro de los Jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre Iberoamericana. Nos sentimos miembros natos y que aportamos nuestra idiosincrasia, como también participamos en la Organisation Internationale de la Francophonie.

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Majestades, nos robó el corazón su gesto de viajar en plena pandemia a Barcelona, ​​para entregar personalmente el Premio Cervantes 2019 a uno de los más grandes poetas de la lengua catalana y castellana, que las hermana en nuestros tiempos, y que murió el mes pasado en Sant Just Desvern, Joan Margarit y Consarnau (1938-2021), nacido en Sanaüja, patria de su abuela materna, y que pertenece a nuestra Diócesis de Urgell. Fue catedrático de arquitectura en la Universidad Politécnica de Cataluña y también fue Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2017. Alguien ha dicho que él fue «la dignidad hecha poesía». Tuvo mucha relación con Andorra ya que colaboró ​​con su padre en el proyecto arquitectónico de este Hotel donde estamos cenando y en el que Vuestras Majestades se hospedan. Le dedicó un poema, evocando sus amores adolescentes, que tituló «Hotel Andorra Park»:

«Lee su insomnio en el cristal oscuro.
Aquí, donde después se construyó el hotel,
un muchacho ocultó debajo de una piedra
una carta de amor, y trazó un mapa:
el verdadero mapa de un tesoro.
Pero el tesoro fue una cobardía:
lo que no se atrevió a decirle a una muchacha (…)» (Casa de misericordia)

Quiero terminar mis palabras recordando un breve y luminoso poema de Joan Margarit, que él mismo quiso leer en las dos lenguas hermanadas, en el homenaje que le dedicaron muchas grandes figuras de la literatura al serle concedido el Premio Cervantes. Es un poema para avanzar en la vida, a pesar de las tormentas, dificultades o vientos contrarios, como Andorra y España han sabido hacer a lo largo de su historia y lo sabrán continuar haciendo en su presente y en el futuro:

«Como las gaviotas, cruzando temporales
se aprende a planear, a sobrevolar la vida,
para avanzar, usando la violencia del viento.
Igual que las gaviotas.”
“Com les gavines, creuant els temporals
s’aprèn a planejar, sobrevolant la vida,
a avançar, fent servir la violència del vent.
Com les gavines”

Permítanme que en nombre del Copríncipe francés y en el mío propio les invite a ponerse en pie y a brindar con nuestras copas.

Por Sus Majestades los Reyes de España Felipe y Letizia, por sus hijas, por la prosperidad de la noble y querida Nación Española, y por la amistad y cooperación con nuestro Principado de Andorra.

Andorra la Vella, 25 de marzo de 2021 


https://youtu.be/4sMR45VUeKs
https://youtu.be/dofvR4rPmhw

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