El Copríncipe Episcopal preside la cena de Gala ofrecida por la CEA en el XIII Encuentro Empresarial Iberoamericano

Mons. Joan-Enric Vives, Arzobispo de Urgell y Copríncipe de Andorra, presidió la cena de gala ofrecida por parte de la Confederación Empresarial Andorrana (CEA) a los asistentes al XIII Encuentro Empresarial Iberoamericano, que tuvo lugar el lunes 19 de abril en el Andorra Park Hotel de Andorra la Vella, dentro de los actos precedentes a la XXVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno.

A la cena asistieron la Secretaria general Iberoamercana, S.E. Rebeca Grynspan; el Jefe de Gobierno de Andorra, M.I. Sr. Xavier Espot; la Síndica general, M.I. Sra. Roser Suñé; la Cónsul Mayor de Andorra la Vella, Hble. Sra. Conxita Marsol; el Presidente de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), Sr. Erol Kiresepi; el Presidente de la CEOE del Reino de España, Sr. Antonio Garamendi y el Presidente de la CEA Sr. Gerard Cadena, así como una gran cantidad de empresarios.

A su llegada el Copríncipe fue recibido por el Jefe de Gobierno de Andorra, M.I. Sr. Xavier Espot y por el Presidente de la Confederación Empresarial Andorrana y del Consejo de Empresarios Iberoamericanos, Sr. Gerard Cadena.

El Encuentro Empresarial Iberoamericano es organizada, desde 2005, por el Consejo de Empresarios Iberoamericanos, que reúne a las organizaciones patronales de los 22 países miembros de la Comunidad Iberoamericana.

Al iniciarse la cena el Copríncipe dirigió el siguiente discurso a los asistentes:

 
Excelentísima Sra. Secretaria general Iberoamericana 
M.I. Sr. President de la Confederació Empresarial Andorrana i del Consejo de Empresarios Iberoamericanos 
Sr. Presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y de la Secretaría Permanente del Consejo de Empresarios Iberoamericanos  
Sr. Presidente de la Organización Internacional de Empleadores 
Autoridades, Señoras y Señores. 

Permeteu-me que a les empresàries i als empresaris que s’han desplaçat des de la resta de països de la comunitat iberoamericana els doni una calorosa benvinguda al Principat d’Andorra. [Permítanme que a las empresarias y los empresarios que se han desplazado desde el resto de países de la comunidad iberoamericana les dé una calurosa bienvenida al Principado de Andorra]. Estamos muy satisfechos de los lazos de amistad y de cooperación creados entre todos nosotros.  Sean bienvenidos a este país de los Pirineos, pequeño pero persistente en su larga historia de neutralidad y de paz.  

El lema compartido de la Cumbre Iberoamericana y del presente Encuentro Empresarial que la precede, es muy adecuado y llama a profundizar en la “Innovación para el desarrollo sostenible: Objetivo 2030. Iberoamérica ante el reto del coronavirus”. Los objetivos de desarrollo sostenible que conforman la Agenda 2030 no son un simple decálogo que los países deben aplicar, sino que son una hoja de ruta detallada, que no sólo exhorta a los responsables institucionales, sino que también apela de forma muy directa a la sociedad civil, a los empresarios y emprendedores, a los que quieren aportar talento y resolución a su país y a la comunidad internacional. 

El desarrollo sostenible será posible si somos capaces de materializar las alianzas para el cambio. Y en esas alianzas las personas que están al frente de las empresas tienen un papel decisivo y muy importante. 

Hablamos de desarrollo sostenible como una solución, como un antídoto ante la crisis provocada por un crecimiento desequilibrado que tiene consecuencias muy graves. Es una crisis que tiene una dimensión triple: económica, social y medioambiental. Un crecimiento económico que adolece de una base sólida, unas desigualdades sociales que van en aumento y una situación de emergencia climática que ya ha sido reconocida por muchos países, entre ellos Andorra. 

Y si el desarrollo sostenible ya era una necesidad antes de la pandemia, todavía lo será más en el escenario posterior a la crisis del coronavirus. Porque durante este último año hemos tomado conciencia de cuán insostenibles eran algunas prácticas y algunas formas de vida en las que estábamos instalados. Hemos visto los enormes riesgos que entraña un crecimiento deshumanizado. De aquí la oportunidad de acoger la propuesta de un gran iberoamericano, argentino por primera vez en la historia, el Papa Francisco, que en su última encíclica Fratelli tutti, nos propone la fraternidad frente al individualismo, y que ante un mundo que evoluciona inspirado por una visión individualista y consumista, él propone otro basado en la fraternidad universal y el respeto y el cuidado del otro.  

La Agenda 2030 en el fondo es un programa humanista, que sitúa a la persona y a su dignidad en el centro de la acción política, de la actividad económica y del orden social. Y el programa del XIII Encuentro Empresarial Iberoamericano nos habla de empresas con un triple impacto: social, económico y medioambiental, de turismo inclusivo y respetuoso, de iniciativas para fomentar la innovación y el espíritu empresarial entre las mujeres, de creación de empleo sostenible, entre otros intereses. Todas estas cuestiones tienen algo que las une, y ese algo es poner las empresas al servicio de las personas, y recordarnos a todos que la última finalidad del desarrollo económico debe ser siempre el bien común. 

La innovación y la tecnología nos tienen que ayudar a conseguir este objetivo de contribuir a un desarrollo más equilibrado y más humano. “Innovación para el desarrollo sostenible”, además de ser un buen lema, no deja de ser -en cierto modo- una advertencia: Porque la innovación -especialmente la innovación tecnológica- no siempre ha estado al servicio de las personas y de su desarrollo. Me permito llamar su atención sobre la importancia de una profunda reflexión ética ante los métodos de investigación científica, por ejemplo con embriones. Las últimas noticias de embriones humanos manipulados en animales han alertado al mundo entero, a la comunidad científica mundial, a las autoridades y a toda la sociedad. Los mismos investigadores han acabado aceptando que no se debe hacer todo lo que la ciencia nos permite realizar. No vivimos en un laboratorio cerrado, vivimos con otros y la sociedad debe decidir qué es lo que se puede hacer y lo que no. De ahí la importancia de la educación y la formación en valores y en virtudes de las jóvenes generaciones y de la sociedad en general. Les quiero agradecer a los empresarios que estén ayudando con mecenazgos importantes. Debemos hacerlo aún más, especialmente para poder salir de la pandemia fortalecidos en valores y en solidaridad para con los más vulnerables. 

El objetivo 2030 persigue la reconciliación entre la economía, la innovación, la tecnología, la modernidad y los valores sobre los que se asientan nuestras sociedades, que en Andorra –país de raíces cristianas- puedo decirles que son los que dimanan del humanismo cristiano, y creo que en nuestra fraternidad Iberoamericana son valores compartidos. Son motivo de orgullo y de estímulo en su mejora. El momento es idóneo, después de los estragos de la pandemia y de la crisis asociada a la pandemia. Y el lugar también es el indicado. Porque Andorra es un país de equilibrio, que ha sabido conservar la medida humana de las cosas, donde la necesidad de combinar crecimiento económico con cohesión social y con respeto por el entorno natural es especialmente evidente, así como la fidelidad a nuestras tradiciones y valores más queridos. 

Permítanme que en nombre propio y en el de S.E. el Copríncipe Emmanuel Macron, de las Autoridades y el Pueblo de Andorra, les felicite por los trabajos en curso de este XIII Encuentro Empresarial Iberoamericano y les agradezca la oportunidad que han otorgado al Principado de Andorra y a sus Empresarios y Organizaciones empresariales de tener un lugar y una misión destacados dentro de la gran familia Iberoamericana. 

Siéntanse a gusto y disfruten de Andorra. 

Muito obrigado pela vossa presença em Andorra e parabéns a todos. 

Moltes gràcies per la seva atenció.


https://youtu.be/7yGaeQAQ2rY

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