El Cardenal Parolin preside, con Mons. Vives, la fiesta de Meritxell

Per patrona us aclama /el Consell amb gran amor, / i entusiasmat proclama que d’Andorra sou tresor. / Les Parròquies andorranes / vós, Reina, vulgueu guardar” (Por patrona os aclama /el Consejo con gran amor, / y entusiasmado proclama que de Andorra sois tesoro. / Las Parroquias andorranas / vós, Reina, queráis guardar). Seguro que, en la conmemoración de los 150 años de la proclamación de la Virgen de Meritxell como Patrona de Andorra, esta estrofa de los Gozos de Nuestra Señora de Meritxell debía estar bien presente en los corazones de los cientos de peregrinos que con las primeras luces del 8 de septiembre, y durante toda la mañana, subieron al Santuario Basílica de Meritxell para venerar a la Virgen y participar en la solemne Eucaristía con motivo la solemnidad litúrgica de la Natividad de María, que también es el día de la Fiesta de la Patrona de Andorra y Fiesta Nacional del Principado.

La Eucaristía tenía este año, además, otro motivo de alegría porque coincidió que, junto al Arzobispo y Copríncipe, estuvo presidida por el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, que el día antes había llegado al Principado en lo que ha sido la primera visita oficial al país de un Secretario de Estado de la Santa Sede. Concelebraron el Arcipreste de los Valles, Mn. Ramon Sàrries, y el Rector del Santuario, Mn. Ramon Rossell, con todos los sacerdotes del Arciprestazgo. La Eucaristía estuvo solemnizada por el Coro de los Pequeños Cantores de Andorra, que interpretó durante la celebración la misa de Gabriel Fauré, y en el ofertorio cantó el “Te Deum” de Marc Antoine Charpentier.

Pocos minutos después de las once de la mañana, la entrada en procesión de los concelebrantes, acompañados por las estrofas del “Ave de Meritxell” dio inicio a la solemne Eucaristía, a la que asistieron los representantes de las más altas instituciones del Principado, encabezados por el Jefe de Gobierno con los Ministros de su gabinete, el Síndico General, una amplia representación de los Consejeros Generales, los representantes de los Copríncipes (asistió por primera vez el nuevo jefe de Gabinete del Representante del Copríncipe Francés, Robert Mauri, que ha tomado posesión del cargo recientemente), los Cónsules de las siete Parroquias y los representantes de las principales entidades sociales y económicas del país, además de una multitud de fieles que llenaba completamente el templo.

Al inicio de la celebración, el Arzobispo Joan-Enric dirigió a Mons. Parolin unas palabras de bienvenida, en las que agradeció su visita al Principado, “por la que nos sentimos altamente honrados y que llena de gozo al Obispado y la nación andorrana”. Mons. Vives también se refirió en su saludo a los 150 años de la declaración de la Virgen de Meritxell como Patrona de Andorra (por otra parte venerada como tal en el país desde tiempo inmemorial, como indicaba el Síndico Nicolau Duedra en el acta de nombramiento del Consejo General), y recordó cómo el papel de la Iglesia, «ha sido clave para la pervivencia del sistema institucional que ha permitido a Andorra vivir durante siete siglos como un país independiente y neutral»; pervivencia en la que ha sido muy importante el apoyo de la Santa Sede.

Mons. Parolin empezó la homilía dirigiéndose a los fieles en catalán y en francés, manifestando “la alegría de la Iglesia universal, que hoy celebra el nacimiento de la Madre del Señor y Madre nuestra”, y que “se une a la alegría de vuestra Iglesia particular por sus 150 años de la proclamación de Nuestra Señora de Meritxell como celeste y materna Patrona de la comunidad nacional de Andorra”.

Continuó el Cardenal en castellano para explicar cómo “con la natividad de María, las tinieblas que envolvían el mundo y todavía envuelven el mundo y la historia, se desvanecen y se levanta la aurora, anunciando el Sol de justicia que transfigura y enciende el universo siempre a la espera de la paz y la esperanza: ¡Cristo, nuestro Dios! Aceptar a María como Patrona y modelo de vida evangélica significa entonces mirar verdaderamente el mundo y la historia con ojos nuevos, con una mirada diferente”.

Lo que de hecho hace fuerte a una comunidad nacional, añadir el Cardenal Parolin, “es una mirada abierta y penetrante a lo que sucede en su tierra y en el mundo. Es una mirada capaz de ver lo que la maldad, en todas sus trágicas formas, quiere esconder para que no se vea. […] Esa mirada que nos hace fuertes en la fe y en la humanidad parece condensarse en los ojos grandes, agudos y penetrantes, de la imagen de Nuestra Señora de Meritxell. No es pues casualidad que el pueblo tenga en ella ese punto de referencia que la convierte en Patrona compasiva y solícita de la comunidad nacional”.

El Secretario de Estado de la Santa Sede concluyó la homilía expresándose de nuevo en catalán: “Queridos hermanos y hermanas, María inició con su nacimiento la peregrinación que Dios le había preparado en medio de la humanidad. Que su maternal corazón de mujer y de fiel discípula de la única Palabra que salva, nos haga también a nosotros, junto a ella y como ella, peregrinos; «fuertes» en la edificación de caminos y de proyectos de paz que Dios sigue pensando y deseando para la familia humana. […] Solo uno es el Señor de la historia: el Cristo de Dios, fuente del Espíritu que da la vida, el hijo de María. Ella, la Santa Madre, nos guía hacia este amable y salvífico Dios hecho hombre en nuestra historia, y nos invita a escucharle y acogerle con fe y firme esperanza (cf. Jn 2,5). Que así sea”.

Clic aquí para leer el texto íntegro de la homilía del Cardenal Pietro Parolin.

Al final de la celebración, el Cardenal Pietro Parolin agradeció a los fieles su participación en la Eucaristía y les pidió “tres intenciones de oración: por el Papa Francisco, por la paz (necesitamos rezar mucho por la paz, porque hay muchos conflictos en mundo), y por el sínodo sobre la sinodalidad que empezará el próximo octubre, y si además de estas tres intenciones de oración aún les queda un momentito, oren también por mí”.

A continuación, la Eucaristía finalizó con la interpretación de los gozos de la Virgen de Meritxell y del himno de Andorra por parte del Coro de los Pequeños Cantores, mientras los fieles se acercaban a venerar la imagen de la Virgen de Meritxell, y, seguidamente, en el claustro del Santuario, autoridades y fieles pudieron saludar personalmente al Cardenal Parolin y Mons. Vives, al tiempo que la Cobla Osona ofrecía tonos para el baile de sardanas y se repartía una cata de torta y moscatel a todos los asistentes.

En la rueda de prensa posterior, organizada por el Gobierno de Andorra, el Cardenal Pietro Parolin hizo hincapié en los fundamentos «muy sólidos» de las relaciones entre la Santa Sede y el Principado de Andorra. Manifestó la alegría de estar en el Principado y ha agradecido la acogida que ha recibido, que ha calificado de muy cordial: “el Señor siempre hace las cosas muy bien y ha hecho que esta visita coincidiera con los 150 años del patronaje de la Virgen María sobre Andorra”.

Valoró el sistema institucional del país, manifestando que existe la voluntad de que las cosas sigan como están ahora, manteniendo la figura del copríncipe episcopal: “por parte de la Santa Sede damos todo su apoyo a que un Obispo sea el Copríncipe , es decir que comparta la función como Jefe de Estado; que es una cuestión que no es nuestra competencia directa, pero es algo que, de algún modo, involucra también a la Santa Sede. Por lo que yo sé no hay ninguna idea de cambio del sistema constitucional del Coprincipado”.

Preguntado por la delicada cuestión del aborto, consideró que es una cuestión muy delicada, y muy compleja que debe resolverse con “discreción y sabiduría”, remarcando que desde la Santa Sede se tiene en cuenta el principio fundamental del respeto en la vida y también el principio de ayudar a las personas que están en dificultades. Preguntado por la sucesión de Mons. Vives, señaló que el Papa actualmente tiende a prorrogar los mandatos episcopales al tiempo que valoró que la fórmula de coadjutor es “una buena fórmula”. El Cardenal explicó haber recibido muchas peticiones por parte de los andorranos para que el Papa visite el Principado en este viaje y ha comunicado que le trasladaría ese deseo al Santo Padre.

150 aniversario de la proclamación de la Virgen de Meritxell como Patrona de Andorra

Ad perpetuam rei memoriam [para perpetua memoria de todos]. El Muy Ilustre Consejo General de los valles de Andorra, haciéndose eco de los sentimientos e intérprete de los deseos universales de los Valles, a mayor gloria de Dios y de Nuestra Señora de Meritxell, de completo y unánime acuerdo, consigna el hecho de que Nuestra Señora de Meritxell es considerada para los valles de Andorra como Patrona y especial protectora suya, desde tiempo inmemorial”. Así concluye el acta de nombramiento de la Patrona de los Valles de Andorra, firmada el 24 de octubre de 1873 por Nicolau Duedra, Síndico Major, y por Antoni Picart, Síndico Menor.

Esta proclamación fue civil, dado que los convulsos acontecimientos históricos del contexto internacional hicieron que el Obispo y el Copríncipe Mons. Josep Caixal i Estradé se viera forzado a abandonar la Diócesis de Urgell desde el 10 de agosto de 1873 hasta la primera quincena de septiembre de 1874.

La declaración del Consejo General trajo como consecuencia el cambio de nomenclatura en los Gozos de Nuestra Señora de Meritxell, haciéndose eco del patronaje nacional. La antigua cabecera de los gozos, “Protectora de Canillo”, pasa a ser “Patrona General de los Valles de Andorra” o “Patrona del Principado de Andorra”. Se añade además una nueva estrofa en el texto antiguo donde se refiere a la Virgen de Meritxell como Patrona de Andorra [ver el principio de esta crónica].

Sin embargo, no fue hasta 1914, durante el pontificado del Obispo Joan Benlloch, que hubo un reconocimiento eclesiástico del patronaje. La petición formal fue cursada el 14 de marzo de 1914 y contestada favorablemente por la Sagrada Congregación de Ritos el 13 de mayo del mismo año, siendo comunicada al entonces Síndico general de Andorra, Bonaventura Moles, el 9 de julio. La respuesta agradecida enviada por los representantes de Andorra al Copríncipe Episcopal establece el día 8 de septiembre como fiesta nacional: “El Consejo deseoso de que se solemnice ese acontecimiento, acepta gustoso el programa de fiestas proyectado y cooperará a darles esplendor en cuanto alcanzan sus fuerzas los días 7 y 8 de septiembre próximo. Acuerdo que los años consecutivos se celebre el día 8 de septiembre de fiesta nacional en todos los Valles.”

Con el patronaje canónico se propuso ir un paso adelante con la coronación canónica de la imagen de Nuestra Señora de Meritxell para resaltar su realeza terrenal y celestial. Fue el Obispo Justí Guitart, el 12 de julio de 1921, quien elevó la petición al Capítulo de la Basílica de San Pedro de Roma, referenciando la proclamación del patronaje por las autoridades y el pueblo andorrano 1914 junto con la confirmación del papa Pío X en 1914. Esta petición también fue respondida favorablemente el mismo año, convirtiéndose así la Virgen de Meritxell en la primera de las imágenes marianas honradas del Obispado de Urgel.

El acto solemne de coronación lo presidió el Cardenal Francesc Vidal Barraquer, Arzobispo de Tarragona, el 8 de septiembre de 1921, junto al Copríncipe Episcopal, Mons. Justí Guitart. Mientras el pueblo andorrano, devotos y autoridades, cantaban el himno nacional, el Cardenal colocó sobre las cabezas de la Virgen y el niño Jesús las coronas que los andorranos de todas las Parroquias les regalaron. Este hito histórico, que duró más de tres horas, contó con una extraordinaria participación ciudadana a pesar de celebrarse en un día lluvioso.

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