Corredor humanitario para refugiados en Andorra

El pasado mes de mayo el Gobierno del Principado de Andorra y la Comunidad de Sant’Egidio, a través de su Secretario General D. Cesare Zucconi, firmaron un Convenio de colaboración para atender refugiados en Andorra. Los representantes de la Comunidad de Sant’Egidio -Comunidad que está celebrando este año el 50 aniversario de su fundación trabajando por la paz y al servicio de los pobres- firmaban el «Protocolo de entendimiento entre el Gobierno de Andorra y la Comunidad de Sant’Egidio para la realización del Proyecto Apertura de corredores humanitarios», un protocolo de Acuerdo que permitirá la llegada a Andorra de refugiados sirios que actualmente están en el Líbano. El pasado mes de marzo, el Consejo General del Principado de Andorra había aprobado por unanimidad una ley específica para permitir la entrada en el país por motivos humanitarios. España y Francia colaborarán y permitirán el paso de los refugiados por sus aeropuertos.

Debemos agradecer a la Comunidad de Sant’Egidio, con quien nuestra Diócesis mantiene una amistad de largos años, toda su experiencia y el compromiso por la paz y para con los pobres, en numerosas actividades de acogida y de integración de refugiados. Y es bueno que el Principado de Andorra, colaborando con la Comunidad de Sant’Egidio, adopte modalidades innovadoras de acogida de los refugiados con la creación de corredores humanitarios, para acoger de forma segura y legal. Este corredor será entre el Principado de Andorra y el Líbano, donde la Comunidad tiene contactos adecuados y fluidos con entidades asociativas e Iglesias que ya están ayudando a las personas refugiadas.

El Papa Francisco recientemente hizo un llamamiento a los gobiernos para que «adopten programas» de acogida de inmigrantes y refugiados y «abran corredores humanitarios», y también les animó a apoyar medidas que acaben con el problema del desempleo. Valora como necesario que un mayor número de países acojan con apertura, e inicien «corredores humanitarios» que eviten esperas insoportables y tiempos perdidos que pueden desilusionar. El Papa pide rezar por los muertos en la huida de sus países de origen a través «del desierto o del mar». Él mismo al volver de la isla griega de Lesbos abrió un pequeño corredor humanitario hacia el Vaticano para unas familias, ayudado también por la Comunidad de Sant’Egidio. Quiere que aprendamos, que «sólo juntos se puede salir de la crisis y construir el futuro» y nos anima a dialogar socialmente para «encontrar respuestas eficaces e innovadoras para todos» que permitan avanzar hacia un futuro que responda a las necesidades de las personas y las familias. No a las jaulas intolerables para niños, no a dejar morir al prójimo en medio del mar, no a encerrarnos en actitudes de rechazo. La problemática es dura y difícil, las poblaciones se resienten y renacen actitudes xenófobas y populismos superficiales. Hay que actuar conjuntamente. Es todo el tejido social y todos sus componentes, los que estamos llamados a hacer esfuerzos para que el hogar, el calor y el trabajo, que son factores de dignidad, sean una preocupación central.

Desde el Gobierno andorrano y desde la sociedad civil, con las parroquias y Cáritas podemos acoger y lo queremos hacer. Creo que Andorra hace un buen esfuerzo, y que otros países pueden también hacer esfuerzos. Las parroquias debemos dar ejemplo de acogida y apertura.

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