Este domingo día 30 de junio, al finalizar el mes del Sagrado Corazón, en el Cerro de los Ángeles (Diócesis de Getafe, Madrid) será renovada la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús que fue hecha hace cien años por Alfonso XIII. Más que consagrar un país en abstracto, ahora se trata de consagrar las personas, de consagrarnos cada uno de nosotros y nuestras familias, ofrecernos, por que Aquel que vino al mundo a amar encuentre, en nosotros, corazones que le correspondan, que le amen y lo hagan amar.
Amemos esta devoción mayor de la Iglesia al Sagrado Corazón de Jesús, que no pasará nunca, porque se adentra en el amor misericordioso y sacrificado de Jesús por toda la humanidad. Hace bien amar al Sagrado Corazón de Jesús y serle devotos. Orar diciendo la jaculatoria «¡Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío!», o simplemente «¡Jesús, en Vos confío!». Así se prolonga en nosotros la vida nueva de la Pascua, nos ayuda a ofrecernos del todo al amor de Cristo, y nos libera de imágenes de Dios rígidas, judiciarias o justicieras. La devoción al Sagrado Corazón precisamente remarca la gran humanidad del Señor, su misericordia y preferencia por los pequeños y sencillos, los cansados y agobiados, por los pecadores y por los pobres, porque Él es «manso y humilde de corazón» (Mt 11,29) y da la vida en la Cruz por los que ama.
Cuando era joven párroco en Poblenou de Barcelona, en 1985, redacté esta oración para que pudiese ayudar a renovar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Esta es mi Oración al Sagrado Corazón de Jesús:
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