Confirmaciones en La Seu d’Urgell

Los días 18 y 19 de mayo, solemnidad de Pentecostés, se administró el sacramento de la Confirmación en la Parroquia de San Odón de La Seu d’Urgell. La vigilia de Pentecostés fue el Rector y Vicario General, Mn. Ignasi Navarri, quien administró el sacramento por delegación del sr. Arzobispo, que esa noche confirmaba a Ponts. Fueron 12 jóvenes y adultos de la Parroquia. Y el domingo de Pentecostés, el Arzobispo Joan-Enric confirmó otros 15 jóvenes. Un total de 27 fueron los confirmados, acompañados de sus padrinos, familiares y de los catequistas que les han preparado y a quien el Arzobispo agradeció su labor para acompañar la educación cristiana de estos jóvenes.

En su homilía el Arzobispo Vives dirigiéndose a los jóvenes les glosó las palabras de Jesús a los apóstoles “¡Recibe el Espíritu Santo!”, y las del sacramento de la confirmación “Recibe el signo del don del Espíritu Santo” . En efecto, recibir, tiene dos significados. Un performativo, es decir, que el joven confirmando recibe el don por parte de Dios, la efusión de la plenitud del Espíritu Santo, que ya se había recibido en el bautismo. Ahora el joven confirmando recibe la promesa hecha por parte de Jesús: Os daré mi Espiritu Santo. Y recibir, tiene un segundo significado, es la invitación con la que se debe recibir el don dado, la apertura que debe tener la persona que recibe el don, la actitud con la que el confirmando debe recibir el don del Espíritu Santo. Hay que dejar hacer al Espíritu Santo, abrirnos a su gracia para que transforme interiormente nuestra vida. El Espíritu Santo que por Pentecostés es entregado a toda la Iglesia la rejuvenece, la renueva y la fortalece, si le dejamos trabajar y no ponemos obstáculos a la acción del Espíritu. Así como el agua y la lluvia ha renovado la naturaleza después de las lluvias recientes, así como el Espíritu Santo, puede renovar nuestra vida de cristianos si le dejamos actuar y tenemos fe. Finalmente, les animó a ser jóvenes testigos que no tengan miedo a ser confesantes de la fe a pesar de recibir incomprensiones o burlas.

Al final de la Misa el Arzobispo regaló a los jóvenes un Nuevo Testamento exhortándoles a leer cada día un pequeño fragmento y la parroquia un bonito recordatorio.

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